El Ayuntamiento de Ibiza y el Grup d'Estudis de la Naturalesa (GEN-GOB Eivissa) presentaron ayer el estudio sobre el estado de las praderas de posidonia de la bahía de Talamanca, que se actualizará cada año para comprobar su evolución. La recopilación de datos llevada a cabo para este trabajo revela que en dos de las cuatro estaciones de seguimiento instaladas dentro de la bahía la mitad de la posidonia está muerta, mientras que sólo hay unos datos de población óptima de la planta en un quinto punto de control instalado al norte de Cap Martinet, en Cala Roja.

El concejal de Medio Ambiente de Vila, Jordi Salewski, y el técnico del área Marina del GEN-GOB, Xisco Sobrado, presentaron ayer los resultados de este primer trabajo, del que se empezaron a tomar las mediciones el mes de mayo pasado. En concreto, los peores resultados se han detectado en las estaciones de seguimiento instaladas bajo s'Illa Grossa y en la zona de mayor profundidad de la bahía, donde más de la mitad de las praderas se han encontrado muertas.

En los otros dos puntos de control instalados en la bahía, uno en la zona de menor profundidad y el otro cercano al emisario, la conservación de las plantas de posidonia en las praderas se encuentran en torno al 70%, también por debajo del umbral del 88% que se considera óptimo, según detalló Sobrado.

Para esta primera evaluación del estado de la bahía, se han tomado como indicadores, entre otros, la densidad y dinámica de la población de las praderas de posidonia, así como de los peces, macroinvertebrados y la fauna y flora ligada a estos ecosistemas.

Una vez instaladas las cinco estaciones de seguimiento en la bahía y en Cala Roja, los datos que se recopilen cada año servirán para comprobar científicamente la evolución de las praderas de posidonia. Además, Salewski y Sobrado también dieron a conocer las conclusiones sobre el estado actual de la posidonia en Talamanca, que confirman su degradación a causa de «la contaminación por nutrientes provenientes del antiguo emisario, los fondeos masivos y las aguas sucias que vierten algunas de estas embarcaciones y el vertido de salmuera» proveniente de la desaladora.

Además de contar con un baremo científico para evaluar el estado de la bahía, Salewski también anunció que este estudio ayudará a determinar la instalación del campo de boyas ecológicas que promueve el Ayuntamiento para regular los fondeos incontrolados, para saber «dónde y cuántas» se pueden colocar. Este proyecto, que se acompañará de un plan de recuperación ambiental, ya pasó el periodo de alegaciones y está pendiente del visto bueno del Ministerio de Transición Ecológica.