La sección primera de la sala de los Social del Tribunal Superior de Justicia de Baleares (TSJB) ha declarado improcedente el despido de una empleada que llevaba más de 30 años en la central eléctrica de GESA.

Esta trabajadora fue despedida en 2017 después de que la empresa registrara varias faltas de asistencia. En primera instancia el Juzgado de lo Social de Ibiza declaró el despido como procedente, a pesar de que según denuncia el sindicato CCOO "quedó demostrado en el juicio que estaba imposibilitada para el desempeño de cualquier actividad laboral y ni la empresa ni la administracion de justicia entendieron que se estaba cometiendo una evidente indefensión".

Ahora el TSJB anula la sentencia del juzgado de Ibiza y la pertinencia del despido y condena a GESA a readmitir a la trabajadora "en su puesto de trabajo y en las mismas condiciones que regían antes del despido, con abono de una cantidad igual al importe de los salarios dejados de percibir desde la fecha del despido o a indemnizarla en la cantidad de 175.505,4€", según recoge el fallo de la sentencia.