El hito histórico tuvo lugar ayer, sobre las 2 de la madrugada, y finalizó alrededor de tres horas después en Platja d'en Bossa. La tortuga atravesó una de las zonas con mayor tráfico marítimo de la isla, el canal entre las Pitiusas, para depositar 58 pequeños huevos en un nido cercano a la orilla, ante decenas de personas, algunas de las cuales intentaron tocarla e incluso llevarse alguno de los huevos. Una vez recuperados, los embriones fueron trasladados horas después a un nido improvisado bajo tierra en un lugar del Parque Natural de ses Salines, a la espera de que, en al menos 60 días y si todo va bien, rompan sus cascarones y se conviertan en las «primeras tortuguitas nacidas en Ibiza», apuntó con esperanza uno de los técnicos que participaron en el dispositivo puesto en marcha para cubrir este evento tan excepcional.

Hasta Platja d'en Bossa se desplazaron cuatro agentes de la Unidad Nocturna de la Policía Local tras recibir un aviso por parte del 112 de que una tortuga de grandes dimensiones intentaba depositar sus huevos en la playa, a la altura del espigón que hay en frente al hotel Tres Carabelas. Al parecer, un residente vio al animal llegar a la orilla y, al comprobar que infinidad de curiosos comenzaban a rodearle para tocarle y a hacerle fotos, decidió llamar a emergencias para que «pusieran orden» y permitieran que la tortuga «terminara con su tarea de forma relajada».

Los agentes que acudieron a la llamada, y que prefieren no dar sus nombres, relataron a este diario horas más tarde que «había gente que intentaba coger a la tortuga por lo que la integridad física del animal corría peligro», aseguró uno de los agentes.

«Fue entonces cuando decidimos acordonar la zona y poner un perímetro de seguridad para que la gente no se acercase», prosiguieron. «Cuando pasan cosas tan excepcionales todo el mundo quiere verlo, eso es normal. Pero hay gente que no es consciente de que no se puede tocar y mucho menos coger los huevos», destacaron los agentes. «Ha sido una experiencia muy emocionante y totalmente nueva. Cuando llegamos actuamos por instinto. Se trata de una madre poniendo sus huevos por lo que supusimos que lo que necesitaba era estar tranquila. Por eso acordonamos la zona» agregaron. «La gente no se conciencia de que es una criatura y que es un proceso de la naturaleza muy bonito, que hemos tenido la suerte de poder observar», destacaron los oficiales.

Una vez terminó, 90 minutos después de que los policías llegaran al lugar, la tortuga abandonó la playa y se adentró en las aguas de inmediato. «Cuando se fue estuvimos esperando a que llegara alguien para que se hiciese cargo de los huevos, ya que nosotros no teníamos conocimiento del protocolo a seguir», informaron los agentes. «Pero como nadie venía y no podíamos quedarnos allí toda la noche, decidimos trasladarlos hasta el retén», añadieron mientras informaron que miraron en «Google algunos tutoriales» para saber cómo proceder a «retirar los huevos» y por eso, uno a uno y «con extrema delicadeza», los fueron depositando en una pequeña caja de cartón, que luego cubrieron con «arena de la playa». Una vez en el retén los pusieron «cerca de una luz» y esperaron a la llegada de los agentes de Medio Ambiente y el personal del Centro de Recuperación de Especies de Sant Antoni (CREM), que valoraron la posibilidad de trasladar los pequeños cigotos.

«Cualquier puesta de tortuga marina, o de cualquier especie, que no se lleve a cabo en las condiciones que se necesitan o que el animal no esté tranquilo, acarrea un riesgo», informó Victor Colomar, veterinario del Consorcio de Recuperación de Fauna de Balears (Cofib) del Govern, al preguntarle por la viabilidad de los embriones. «Si le sumamos que, en este caso, se ha tenido que realizar un traslado de los huevos, no tiene que significar que no sean viables, pero sí que supone un doble riesgo», continuó Colomar, quien aseguró que «los protocolos que se han seguido han sido los correctos».

Traslado de los huevos

Traslado de los huevos

Los técnicos de Medio Ambiente del Govern encargados de este desove decidieron trasladar los huevos a una zona segura y más apropiada para su desarrollo. Y llevaron a los periodistas al lugar escogido por el CREM de Sant Antoni que por motivos obvios de seguridad no quieren hacer público.

«Nuestra misión es intentar proteger el nido de cualquier depredación que pueda molestar al desarrollo habitual de los huevos», destacó Colomar. «Vigilar el nido durante los próximos dos meses y, si son viables, las veremos nacer», apuntó emocionado antes de añadir: «Esta misma tortuga podría volver a intentar desovar en los próximos días, ya que pueden hacer hasta tres 'arribadas a la playa' en un margen corto de tiempo».

Y no se descartan más desoves. «Esta noche podría volver a depositar más huevos porque solo ha puesto 58, un número no demasiado alto», explicó al respecto Nuria Valverde, técnica del Parque Natural de ses Salines», en el punto elegido para depositar los huevos. «O bien se trata de un ejemplar joven y no tenía muchos, o bien no ha acabado la puesta. Seguimos estando en época de cría y también pueden llegar otras tortugas por lo que hay que extremar la precaución y que todo el mundo sea muy respetuoso», prosiguió.

¿Dónde ubicar el nido?

¿Dónde ubicar el nido?

«El protocolo a seguir asegura que, en el plazo de seis horas, se puede llevar a cabo una traslación de los huevos», añadió la técnica del parque. «Es una técnica muy habitual en otros sitios donde ya han desovado tortugas en varias ocasiones. Hay veces en las que el resultado ha sido todo un éxito y las tortugas han nacido, y han habido casos donde los huevos no han eclosionado, ya veremos lo que pasa», agregó con mirada cómplice mientras desvelaba en alto sus pensamientos: «¡Ojalá salgan!»

«El lugar elegido para poner el nido ha sido el Parque Natural de ses Salines debido a diversos factores que se han tenido en cuenta», informó Valverde. «El CREM de Sant Antoni tenía un estudio de cuales son las mejores zonas de la isla para proceder con el traslado. El informe valora una serie de condiciones del entorno, como un sitio con arena, soleado, de fácil vigilancia y con una temperatura adecuada para que los embriones se desarrollen», puntualizó. «Tenemos un dispositivo que mide la temperatura enterrado en la arena de esta playa desde el día uno de junio. Por eso sabíamos que esta zona era buena para llevar a cabo la traslación», agregó Verónica Núñez, coordinadora del CREM «Es un termómetro que mide la temperatura de la arena cada 30 minutos y así podemos hacer perfiles. Llevamos cuatro años con este estudio», destacó la trabajadora de Medio Ambiente. «Lo bueno de esta playa es que no hay muchas variaciones de temperatura, que es lo mejor para los huevos; si no, sufre estrés y no se desarrolla bien el embrión», prosiguió.

«Ahora lo que tenemos que vigilar es que nadie entre en las dunas y que no haya demasiada masificación de gente alrededor para que no hayan vibraciones que les afecten negativamente», aseguró la técnico del parque. «A primera hora de la mañana hemos coordinado un dispositivo para asegurar el nido durante las primeras horas, y ahora hay que ver qué tipo de vigilancia se establece, porque son dos meses, por lo que hay que valorar si es viable tener a alguien 24 horas», aseguró la técnico del parque. «De momento habrá vigilancia por las noches y cada semana se irá controlando la temperatura de la arena, hasta que se acerque el momento, que habrá que hacer un seguimiento cada tres días», informó.«Como trabajadores de Medio Ambiente y del parque, sentimos alegría y algo de miedo porque es una gran responsabilidad y un reto nuevo para todos. Estábamos avisados, sabíamos que podía ocurrir desde el 2015, que ya hubo un intento de desove en Port de ses Caletes y Santa Eulària», destacó para apuntar que el motivo de la llegada a las costas del Mediterráneo puede ser el cambio climático ya que «las zonas de desove tradicionales están más calientes y las tortugas son muy sensibles a las temperaturas, por lo que buscan nuevos lugares para depositar los huevos en localizaciones más al norte», concluyó Valverde.