La Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA, en inglés) rechazó ayer las conclusiones del informe publicado por Transport & Environment respecto a las emisiones de estos buques en Europa y en el que se especificaba que en Ibiza los cruceros contaminan más que todos los coches de la ciudad y que Palma es el segundo puerto de Europa más afectado por estas emisiones. Esta organización empresarial considera que los datos analizados «no están científicamente contrastados» y que las soluciones propuestas son «simplistas».

Un día después de que se difundiera el estudio sobre la contaminación que generan los cruceros, CLIA expresó su «preocupación por el hecho de que sus resultados se hayan publicado sin análisis o revisión alguna por parte de la comunidad científica». Además, critica que «las conclusiones publicadas se basan únicamente en suposiciones del autor y no en mediciones y no toman en consideración la utilización de tecnologías de reducción de emisiones a bordo de los buques».

La asociación remarca que «la industria de cruceros ha sido precursora en la implantación de la tecnología de depuración de gases de escape (EGCS). Como consecuencia de este liderazgo, esta tecnología ha madurado rápidamente y actualmente los sistemas EGCS contribuyen a la reducción de las emisiones de óxidos de azufre y de partículas a la atmósfera a toda la industria naviera internacional», asegura.

También destaca que es «una industria precursora en la implantación de sistemas de propulsión basados en gas natural licuado» y que «más de un tercio de los barcos de crucero en construcción, 25 en total, lo utilizarán como su fuente primaria de combustible».

Además, añade que «más del 70% de la flota de cruceros (152 barcos) utilizan ya sistemas duales, siendo capaces de utilizar combustibles alternativos como el metanol o el biodiésel».