Miles de turistas visitan cada año las Pitiusas para disfrutar de sus aguas azules y cristalinas. Pocos saben que la luz y color únicas de sus aguas se deben a la escasez natural de nutrientes. A pesar de ello, la vida marina se ha adaptado a la falta de nutrientes y el mar Mediterráneo presenta una gran diversidad biológica. Sin embargo, el frágil equilibrio ecológico de los ecosistemas marinos de las Pitiusas se ha perdido por el continuado vertido de aguas fecales mal depuradas durante años con una elevada carga de nutrientes. Las playas cerradas son la peor publicidad para el turismo y es una responsabilidad de todos poner fin a esta grave situación.

? Las aguas cristalinas del Mediterráneo son consecuencia de la escasez de nutrientes que contienen debido al reducido número de ríos que desembocan en la cuenca mediterránea. A pesar de ello, la vida marina del Mediterráneo presenta una gran diversidad biológica: alberga el 10% de la diversidad mundial. La transparencia de sus aguas ha posibilitado el desarrollo de las valiosas praderas de Posidonia oceanica. Esta planta marina tapiza gran parte de los fondos marinos de las Pitiusas constituyendo el principal ecosistema marino del litoral pitiuso con múltiples funciones naturales. Las praderas de posidonia son el hábitat de más de 1.500 especies vegetales y animales. Son cobijo y lugar de reproducción de multitud de especies de interés pesquero. Además, sus largas hojas frenan el oleaje protegiendo las playas de la erosión.

Por ello, el atractivo turístico de las playas de Ibiza y Formentera se debe a la transparencia de sus agua y a la riqueza biológica de sus fondos marinos. Cuando Jacques Cousteau visitó las aguas pitiusas a bordo del mítico 'Calypso' en los años 60 contempló unos fondos prístinos con praderas de algas y de posidonia saludables. Sin embargo fue en esa década cuando se inició el boom turístico en las Pitiusas que propició el rápido desarrollo económico pero también la elevada presión humana que ha conllevado graves impactos en los ecosistemas marinos.

?La población pitiusa se duplica en verano con la llegada de turistas y las depuradoras de las Pitiusas están infradimensionadas para esta población estival y no son capaces de depurar adecuadamente. De acuerdo a los resultados del último informe del Observatorio de Sostenibilidad de Eivissa, todas las depuradoras con excepción de la depuradora de Sant Miquel han vertido en algún momento del año aguas contaminadas al mar durante el año 2018. El pasado verano la Alianza por el Agua denunciaba también vertidos de aguas fecales en el emisario de Playa d'en Bossa en el entorno del Parque Natural de ses Salines.

Sin embargo, la situación más grave se produce con la depuradora de Ibiza, que está obsoleta. Mientras se construye la nueva depuradora está vertiendo aguas sin depurar correctamente al mar desde hace más de cinco años. Es una situación que se remonta al año 2008 cuando el Govern Balear aprobó construir la nueva depuradora en Sa Coma. El vertido de aguas fecales de la depuradora de Ibiza constituye actualmente el 40% de las aguas residuales de la isla de Ibiza de acuerdo al reciente estudio del GEN-GOB.

En esta legislatura que finaliza fue un logro la ejecución del nuevo emisario submarino de Talamanca y ahora su boca de salida se localiza fuera de la bahía de Talamanca. Sin embargo, el problema se ha trasladado mar adentro porque todavía se continúan vertiendo aguas fecales sin depurar de la obsoleta depuradora de Ibiza. Se estima que se vierte un volumen similar al polideportivo de sa Blanca Dona de aguas fecales cada semana. El mar tiene una gran capacidad de dilución pero al final las aguas fecales del nuevo emisario siguen alcanzando las playas de Talamanca y su entorno más cercano. La semana pasada se producía un nuevo cierre de la playa de Talamanca porque se habían conducido temporalmente las aguas fecales por el antiguo y roto emisario de Talamanca, debido a las obras de tanques de tormenta del puerto de Ibiza. Se evidenció la fuerte carga de aguas fecales de la depuradora de Ibiza que con el nuevo emisario submarino se había invisibilizado. También, el pasado verano se cerró la playa de Figueretas por contaminación fecal durante varios días.