Un total de 61 estudiantes matriculados en los centros educativos de Eivissa y Formentera están diagnosticados de alguna de las cinco patologías que se recogen en el programa Alerta Escolar Balear, cuyo objetivo es facilitar su «atención inmediata y eficiente» en el propio colegio o instituto si se produce una situación de «urgencia vital».

Alergias alimentarias, al látex o a picaduras de insectos; hipoglucemia por diabetes; crisis epilépticas; cardiopatías congénitas y crisis asmáticas graves son esas cinco enfermedades. «En estos casos, la actuación del personal docente durante las horas lectivas puede hacer que salven la vida, directamente», afirma la enfermera y coordinadora del programa en las Pitiüses, Mónica Yern.

Según Yern, cuando asumió el cargo, el pasado mes de noviembre, sólo había contabilizados «28 ó 29» estudiantes en el programa, de manera que se han duplicado en tan solo cinco meses. «Yo diría que cuando acabe el año [la cifra] se va a cuadruplicar», apostilla.

Y es que la enfermera resalta que si bien el programa lleva unos años aplicándose, ahora «hay más información», al tiempo que contar con «una figura visible» en las Pitiüses -que gestiona los casos y coordina el trabajo- facilita también que se pueda implementar. Asimismo, recuerda que ya sólo en edad pediátrica (que llega hasta los 14 años), hay una población de unas 20.900 personas. «Por eso sé que se van a multiplicar muchísimo los casos», incide.

Identificar a los niños

Para dar una atención adecuada a estos niños, lo primero es tenerlos identificados y, por lo tanto, dentro del programa. Yern explica que por un lado están los casos de aquéllos que tienen patologías diagnosticadas desde el nacimiento, como son las cardiopatías congénitas. Y por otro, los de quienes las desarrollan a posteriori, como suele pasar con la diabetes, las crisis epilépticas o las alergias.

«En el momento en que nace un niño y tiene una patología diagnosticada, entra dentro del programa del centro coordinador de atención primaria para el desarrollo infantil (Capdi). Es un niño que vamos a tener nosotros captado y cuando inicia la escolarización entrará dentro de Alerta Escolar Balear», explica.

En el caso de aquéllos que no nacen con la enfermedad, pueden llegar al programa tras ser diagnosticados por los equipos de Pediatría de Atención Primaria, o tras ser detectados por los centros educativos, que comunican que tienen un niño con una patología determinada.

«Todo esto depende de la formación e información que tengan tanto los profesionales de Educación como las familias», dice Yern, quien agrega que su función es «contactar con los centros, presentarles el programa, que hace años que está, ver cómo funciona e ir captando a los niños y niñas escolarizados».

Según la coordinadora del programa en las Pitiüses, la patología más habitual es la crisis asmática. «Quizás sea la patología con mayor incidencia y la menos grave, porque los niños no tendrán una parada cardiorrespiratoria por una crisis asmática», apunta. Por el contrario, las cardiopatías congénitas y la diabetes son las que tienen una menor incidencia pero, al mismo tiempo, son «serias, muy serias».

Asma y alergia, lo más frecuente

Concretamente en las Pitiüses hay 17 casos de escolares con asma, seis con diabetes, 16 con anafilaxia, once con cardiopatía, diez con epilepsia y cinco más con anafilaxia y asma, detallaron fuentes del área de Salud.

Yern destaca que no hay centro escolar alguno que esté exento de alguna de estas cinco enfermedades. «Todos tienen», señala y lo relaciona con que el volumen de estudiantes que hay en ellos es muy grande. «Y si están exentos ahora, por ejemplo, de una alergia, es raro que no se desarrolle algún caso durante el curso», afirma.

Cuando los niños están identificados -y las familias han firmado las correspondientes cláusulas de confidencialidad de datos que autorizan al intercambio de información entre el centro educativo y los profesionales sanitarios-, es necesario formar a los docentes, ya que serán ellos quienes van a ofrecer la primera atención en caso de que se produzca una crisis.

«El programa marca que todo el profesorado debería estar formado en todas estas patologías antes de que se inicie la escolarización», señala Yern, quien sostiene que esta formación es anual (ver página 4).

No obstante, por ahora no todos los centros han recibido formación. «Se ha hecho en todos los centros que lo han demandado o en los que nosotros hemos detectado» casos, señala la coordinadora del programa, quien incide en que se organiza en función de las necesidades. Eso sí, resalta que en todos los municipios hay centros que han recibido formación en alguna de las cinco patologías.