El presidente de la asociación de Restauración de la Petita i Mitjana Empresa d'Ibiza y Formentera, Joan Riera, destacó ayer la labor de las inspecciones de sanidad que se han saldado con la clausura de 17 restaurantes o empresas de cateringcatering entre los meses de mayo y octubre. Además, Riera advirtió del riesgo para la salud pública que supone la proliferación de «negocios pirata o los numerosos establecimientos que abren solo para hacer negocio rápido durante un verano».

«Incluso me parece que han sido demasiado pocos los que han sido amonestados en estas inspecciones, porque podrían haber sido 40 perfectamente», advierte el representante de la patronal de restauración. «A mí me daría mucho miedo contratar una persona que no esté dada de alta o funcione de manera pirata, porque me expongo a una salmonelosis u otros riesgos que me pueden llevar al Hospital Can Misses».

El riesgo sanitario por parte de los intrusos que trabajan en negro aumenta también con los «negocios que proliferan en verano aprovechando el tirón de Ibiza y que no son profesionales», lamenta Riera. Precisamente, la directora general de Salud Pública del Govern balear, María Ramos, achacó a la «explosión de establecimientos» que se produce en las Pitiusas en verano el hecho de que los negocios cerrados por ser «un peligro para la salud pública» hayan sido porcentualmente muy superiores en Ibiza y Formentera respecto a Mallorca y Menorca.

Según el informe elaborado por la dirección de Salud Pública, solo el 2% de todos los establecimientos inspeccionados en el conjunto de Balears recibió la calificación de «peligro para la salud pública», el mismo porcentaje que en Mallorca, mientras que en Menorca, donde únicamente recibió esta calificación el 1% de los locales inspeccionados. Sin embargo, en Ibiza asciende al 5% y en Formentera, al 8% de los restaurantes y caterings inspeccionados y que han sido clausurados de manera inmediata por Sanidad por el riesgo que supone su actividad para la salud pública.