El proceso de reforma de la Constitución, el tercero al que se someterá desde su aprobación en 1978, marcó ayer el acto de celebración del 40 aniversario de la Carta Magna en Ibiza que organizó la Delegación del Gobierno en colaboración con el Ayuntamiento de Santa Eulària. El alcalde Vicent Marí, el presidente del Consell insular, Vicent Torres, y el director insular de la Administración General del Estado, Ramón Roca, defendieron la vigencia de valores como el «consenso y la concordia» que marcaron el texto que afianzó la democracia en España, si bien apostaron por hacer modificaciones para adaptarse a los cambios sociales.

El Teatro España de Santa Eulària fue el escenario elegido para la celebración, a la que asistieron un centenar de personas, en su mayoría representantes políticos, de los cuerpos de seguridad y el obispo, entre otros. Como anfitrión del acto, Vicent Marí fue el encargado de pronunciar el discurso inaugural, en el que remarcó «el orgullo y el apoyo al marco normativo» con el que «hemos podido construir los mejores 40 años de nuestra historia». «Celebrar hoy [por ayer] su aprobación, es celebrar el progreso de España», se congratuló.

El alcalde rememoró el referéndum del 6 de diciembre, cuando, con 13 años de edad, «no era consciente de la importancia» histórica del momento. No obstante, Marí recordó «la ilusión con la que se vivió la jornada y la esperanza depositada en un texto que había de ser un paso adelante para vivir mejor y la incertidumbre de cuál sería el resultado de esas expectativas».

Sin miedo a los cambios

Sin miedo a los cambios

Tras enfatizar la «concordia y el consenso, las palabras que ocupaban los titulares de prensa» de esa época, el alcade subrayó que no hay que temer «afrontar nuevos retos y cambios también en la Constitución», siempre y cuando ésta «no sea una piedra para lanzarse entre españoles, sino que continue siendo cemento para fortalecer nuestra hermandad».

Por su parte, el presidente del Consell de Ibiza, el socialista Vicent Torres, tuvo palabras de reconocimiento tanto para los ponentes de la Constitución como para los representantes políticos insulares que «participaron activamente en el proceso de la Transición. Tras valorar el espíritu de esa época, Torres resaltó que la tramitación de la tercera reforma constitucional «para eliminar aforamientos de los miembros del Gobierno y diputados» debe servir también para dar respuesta a los cambios de la sociedad.

Además, también valoró que «la Constitución es la garantía de que nadie impondrá decisiones por encima de la Ley, como es la de separar territorios». «Podemos seguir avanzando en cuestiones como el reconocimiento y la compensación de los costes de la insularidad, el refuerzo de los derechos sociales y profundizar en la estructura de Estado descentralizado».

En este sentido, el presidente del Consell advirtió de que no hay que alimentar «extremismos» contrarios a «sus principios fundamentales como son la igualdad entre todas las personas y la no discriminación por origen, género o identidad sexual», así como vigilar aquellos que «proponen acabar con el Estado de las autonomías».

Finalmente, el director insular de la Administración del Estado, el socialista Ramón Roca, concluyó los discursos institucionales celebrando que, con su 40 aniversario, «el tiempo de democracia, de convivencia pacífica, de prosperidad y apertura social» ya supera el de «guerra, odio, dolor y aislamiento de la dictadura».

Roca también defendió el «modelo colectivo de éxito» surgido en 1978 para abogar por una reforma constitucional que permita adaptarse a los cambios sociales. Así, señaló que «queda trabajo por hacer» en sanidad y educación pública, derechos laborales, equilibrio territorial o la igualdad de la mujer «y colectivos como el Lgtbi».