La Asociación Balear de Ocio Nocturno y Entretenimiento (Abone) insistió ayer en la necesidad de que las administraciones de las islas se coordinen para ejercer un control efectivo de la actividad de los llamados party boats.

Abone reclamó, a través de una nota, que se aplique la ley de Ordenación del Transporte Marítimo y la Ley de Turismo que, según ellos, trasladan las competencias del control de los barcos en los que se hacen actividades de carácter turístico de hostelería o de ocio.

Según la asociación es «insultante» ver como cada cierto tiempo se convocan reuniones en las que «todos los participantes vuelcan su responsabilidad en el de al lado», cuando, afirman en la nota, sería «tan sencillo como realizar un control en el embarcadero de la licencia de actividad, de las acreditaciones de los controladores de acceso, de cumplimiento de la dispensación de alcohol en menores, de los limitadores de sonido, de los aforos, de los extintores... tal y como se hace por parte de las distintas policías locales en los establecimientos de ocio, en las puertas de acceso y en el interior». «En este caso la diferencia es que la puerta de acceso es un embarcadero», subrayan.

Limitadores de sonido

Desde Abone aseguran que una «correcta» coordinación entre las diferentes administraciones «permite a los municipios la comprobación de las licencias de actividad, incluso de la obligatoriedad de implantar limitadores de sonido para evitar un exceso de decibelios que quiebra los niveles de contaminación acústica tan criticados en los últimos meses».

La asociación balear recuerda que llevan haciendo estas peticiones desde 2009, que han mantenido una treintena de reuniones y que han presentado un centenar de escritos en los que han reclamado que se aplique la normativa existente. «Siempre hemos defendido que es una oferta que no debe prohibirse, pero que necesita de una regulación específica, porque la actividad que se desarrolla en esas fiestas es la misma que la de los establecimientos que lo hacen en tierra firme».