El director técnico de Emergencias del Govern balear, Pere Orfila, aseguraba el viernes que ya «se sabía» que los acantilados de es Cubells son «una zona problemática», pero que «no se podía prever que las lluvias [del miércoles] provocaran que la ladera de la montaña se comportase con esa virulencia». «Sólo se explica con unas lluvias intensísimas en un periodo muy corto de tiempo», destacó.

Llueva con mayor o menor intensidad, es Cubells es un acantilado con un terreno inestable en el que, según el criterio de la geóloga Sunna Farriol, no se debería haber edificado. A raíz del desprendimiento de rocas que se produjo hace unos meses (el pasado 19 de diciembre y el 24 de enero), Farriol publicó un artículo en Diario de Ibiza en el que advertía de que «el espesor tan elevado de la unidad de margas [arcillas ricas en carbonato cálcico] así como la elevada pendiente de la ladera, hacen imposible el sostenimiento y la estabilización de estos materiales». «Además, la modificación de la ladera por la acción antrópica [la urbanización] ayuda a su inestabilidad», agregaba la geóloga.

Muy conocida es la mala experiencia de la actriz Ursula Andress por los problemas que sufrió en su casa por la inestabilidad del sustrato de arcilla de es Cubells, tal como recordaba ayer en este diario Maria Marí, de 82 años, y que forzaron a la chica Bond a mudarse a Roca Llisa. Hace 40 años (la noche del domingo 18 al lunes 19 de septiembre de 1977) cayó una tromba de 200 litros por metro cuadrado que provocó riadas en toda la isla (hubo tres fallecidos) y desprendimientos en es Cubells que afectaron a la casa de la actriz suiza. Tal como recogía la edición del martes 20 de septiembre de 1977 de Diario de Ibiza ('Catastrófico diluvio sobre Ibiza', titulaba en portada), «el camino de Ursula Andress quedó arruinado, esquelético. Sus dos coches quedaron hundidos y enterrados bajo el aluvión», describía.

Concesión de licencias

En esos días, como muestra de que ha llovido mucho desde entonces, el Consejo de Ministros fijaba el salario mínimo interprofesional en 500 pesetas al día o 15.000 pesetas al mes. Pese a los antecedentes de los deslaves de es Cubells y el alto riesgo geológico, el gobierno del PP concedió más licencias para construir en el acantilado, que incluso fue declarado urbano. «Hace mucho tiempo que ya no se conceden licencias», apunta el alcalde, Josep Marí Ribas, Agustinet.

En abril de 2002, los propietarios de un edificio de apartamentos ubicado en pleno acantilado se veían obligados a acometer obras de urgencia para anclar el inmueble al suelo. Aún estaba fresco en la memoria el derrumbe de tres chalés en Cala Vedella (noviembre de 2001) tras ceder el terreno en el que se asentaban, situado justo al lado de una urbanización en construcción de 47 chalés adosados.

También en abril de 2002 se adoptaban medidas para intentar sujetar en el terreno el edificio de apartamentos Residencial Vista Alegre, en sa Caixota, y evitar que deslizara barranco abajo. Poco más de tres años después (septiembre de 2005), las obras acometidas no sirvieron de nada cuando unas fuertes lluvias provocaron un deslave y el desplome del edificio, que hoy ya es historia. Dos chalés situados en la parte alta de la montaña fueron arrastrados hacia el mar y se partieron en dos. Otras dos viviendas, una de ellas en construcción (era del exfutbolista del Real Madrid Iván Helguera) también se vieron muy afectadas.

Tras el último desprendimiento de rocas que se produjo hace unos meses, el Ayuntamiento cortó el acceso a es Cubells durante 10 días. A mediados de febrero, el Ayuntamiento decidió reabrir el paso (ahora de nuevo cerrado) porque, según las conclusiones del informe geotécnico que se hizo entonces, «no había un peligro inminente». De todos modos, este estudio, tal como reveló este diario, señalaba que en tres cuartas partes del vial existía «un riesgo elevado» de desprendimiento de bloques de rocas e incluso de «desestabilización del talud del monte de la carretera».

El alcalde recuerda que el estudio geotécnico preveía una serie de medidas (primero, la retirada de árboles desraizados y bloques inestables del talud de la carretera) «reductoras del riesgo» y que se informó de ello a los responsables de la urbanización (el camino es privado). «Han hecho cosas», señala Marí Ribas. El informe advertía de que una vez finalizadas esas actuaciones, las viviendas situadas en la zona de mayor peligro seguirían estando sometidas al «mismo riesgo», por lo que aconsejaba que se realizara otro estudio más exhaustivo para evaluar las posibles consecuencias de la inestabilidad del terreno sobre las casas existentes.

Nuevo estudio geotécnico

Ahora, el Consistorio ha encargado otro informe geotécnico para decidir sobre si se puede o no abrir el acceso. El alcalde asegura que se ha abierto «una reflexión interna» en el gobierno sobre «si la gente que ha construido con licencia debe poder llegar a sus casas». «Si no es seguro, no podremos dejar entrar a nadie, pero las viviendas se edificaron con permiso municipal, aunque, en su día, yo no estuviera de acuerdo», puntualiza Marí Ribas sobre las discusiones que durante años mantuvo su grupo, en la oposición, con el gobierno del PP.

En este sentido, el alcalde señala que el artículo de la geóloga Sunna Farriol que publicó este diario «confirma lo que hemos dicho siempre, y los mayores de la zona». «Sucede lo mismo en sa Caixota y otras partes. Tenemos que batallar con esto y poner medidas para que nadie se haga daño y ver cómo resolvemos la parte jurídica», añade.

Marí Ribas reconoce los intereses legítimos de aquellas personas que tienen su casa y negocios autorizados en este lugar, como el caso del restaurante de ses Boques, cuyo acceso ha quedado destruido. «Habrá que ver si se puede rehacer. Yo creo que sí, pero primero tendremos que comprobar cómo se comporta el terreno», indica.

El alcalde, asimismo, puntualiza que las consecuencias de la tormenta del miércoles «no son comparables» con las que forzaron al Ayuntamiento a cerrar el camino a principios de año. «Entonces, cayeron piedras de gran tamaño sobre el acceso, pero ahora éstas, junto a la fuerza del agua, han roto la carretera», resalta Marí Ribas.