Los ayuntamientos de Sant Josep y Sant Antoni proyectan rehabilitar conjuntamente el litoral de la bahía con la construcción de un paseo, de cinco metros de ancho con carril para bicicletas, entre la playa de es Pouet y Port des Torrent. Se trata de un tramo de 5,5 kilómetros que dará continuidad al paseo de Sant Antoni. También se ejecutará el tramo pendiente entre Caló des Moro y Cala Gració, con un recorrido de 10 kilómetros en total.

Sant Josep ha presentado, también en nombre de Sant Antoni, «este ambicioso proyecto», según el alcalde, Josep Marí Ribas, a la convocatoria de este año del impuesto del turismo sostenible, más conocido como ecotasa, con la idea de que mediante este tributo se financie el 50% de su coste. El presupuesto del anteproyecto se sitúa en 20,4 millones de euros. Durante el primer mandato progresista en Sant Josep (2007-2011) ya se planteó esta iniciativa.

A la espera de que se concrete técnicamente, el anteproyecto prevé que el paseo tenga cinco metros de ancho distribuido de la siguiente manera: 2,10 metros para el paso de peatones, con una jardinera en medio de un metro y un carril para bicis de 1,90. En los tramos con mayor desnivel, el paseo peatonal se separará del carril bici, acercando los viandantes al mar. En esta zona el pavimento cambia de color, con baldosas azules. En la parte que atraviese la playa o zona de rocas, el sendero transcurrirá por una pasarela de madera más estrecha.

Además del paseo, se prevé la renovación de las infraestructuras de saneamiento (también en la zona de ses Coves Blanques), la rehabilitación y ampliación de los muelles que utilizan las embarcaciones que operan en la bahía y reducir el impacto visual de las casetas existentes con los motores de bombeo, según explicaron ayer en rueda de prensa Marí Ribas y, ante la ausencia del primer edil de Sant Antoni, José Tur, el primer teniente de alcalde de Sant Antoni, Pablo Valdés. También estuvieron representantes de los grupos de la oposición de los dos ayuntamientos, como muestra de apoyo a la iniciativa, al igual que la consellera insular de Territorio y Movilidad, Pepa Marí.

Financiación en cinco años

Financiación en cinco años

Los dos municipios pretenden que la financiación y ejecución de las obras se lleve a cabo en un plazo de cinco años, a partir del año que viene y hasta 2022. La idea es que la Comunitat Autònoma, a través de la ecotasa, asuma el 50% del coste del proyecto, y que el Consell de Ibiza contribuya con un 25% más y los dos ayuntamientos implicados paguen el resto (el valor de las obras de cada municipio).

Marí Ribas explicó que el Consell ya «se ha comprometido» a hacer frente a una cuarta parte del presupuesto y, por otro lado, manifestó ser «optimista» («lo soy por naturaleza, al menos delante de la gente», confesó) de cara a que con el impuesto turístico de Balears se sufrague el 50% del total en un plazo de cinco años. Marí Ribas resaltó que «pocos proyectos» cumplen las directrices que ha marcado este año la comisión que gestiona los fondos de la ecotasa (que sean de carácter ambiental, supongan una mejora de espacios públicos y afecten a más de un municipio, explicó) como el que han presentado conjuntamente ahora Sant Josep y Sant Antoni.

El alcalde de Sant Josep resaltó en varias ocasiones que este proyecto «se hará» y que si no entra este año en la convocatoria de la ecotasa, se buscarán «otras fuentes de financiación», como el Estado. «No se habrá perdido el trabajo que se ha hecho» hasta ahora, dijo.

La idea es que el año que viene se redacten los proyectos (se deberán sacar a concurso) y que a partir de 2019 se ejecuten las obras.

Por su parte, Pablo Valdés reconoció que el proyecto se halla en un estado «muy primario», pero añadió acto seguido que es muy interesante que empiece a trabajar para que «sea una realidad más pronto que tarde». «Somos lo que somos gracias a esta bahía», subrayó, al tiempo que lamentó su estado de «degradación». Marí Ribas señaló, en este sentido, que «no se ha hecho demasiado» históricamente por llevar a cabo una gestión conjunta de este espacio y que ahora «se ha roto con esta idea». «Los residentes no distinguen dónde está la frontera», puntualizó.

La mayor parte del trazado del paseo transcurre por terrenos privados, por lo que los dos ayuntamientos tratarán de alcanzar un acuerdo con sus propietarios para que los cedan. En caso contrario, el alcalde de Sant Josep admitió que se tendrán que «expropiar».