­La Policía Judiciaria portuguesa había avisado a las autoridades españolas de que Paulo César Baptista, el vigilante de seguridad que mató a Abel Ureña tras propinarle un puñetazo en el Ushuaïa Beach Hotel de Platja d´en Bossa, podía encontrarse en Ibiza y les había pedido que le localizaran en cumplimiento de la orden de busca y captura internacional que pesaba contra él. Así lo destacaba ayer el periódico luso Correio da Manhà, citando fuentes «al más alto nivel» del cuerpo policial.

En concreto fue la Unidade Contra-Terrorismo de la Judiciaria, que se ocupa del caso de la Mafia da Noite, la que se puso en contacto con la Guardia Civil, por eso, cuando las fuerzas de seguridad españolas preguntaron por la identidad de José Pereira Sousa y mostraron sus fotos a sus colegas portugueses, en poco tiempo consiguieron identificar a Baptista. El huido tiene dos condenas pendientes en Portugal de 6,3 y 2,3 años de prisión por los casos Mafia da Noite y Passerelle y está fugado de la justicia desde 2009. Desapareció antes de que se le comunicara la primera sentencia aprovechando que la jueza del caso le había levantado la prisión preventiva.

Las fuerzas de seguridad españolas han reclamado ahora la ayuda de las portuguesas y las brasileñas para lograr la captura de Baptista. Brasil podría ser un destino propicio para él. Conoce el país y de hecho su jefe en la trama de la Mafia da Noite, el expolicía Alfredo Morais, tenía una casa allí a la que huyó también antes de conocer la sentencia, aunque después fue ´cazado´ en Lituania y extraditado. Además, Brasil no tiene convenios de extradición con Europa.

Lo único que ha trascendido es que pudo huir la misma noche de la agresión a través del aeropuerto y que su destino inicial pudo ser Barcelona, aunque las fuerzas de seguridad guardan secreto sobre la investigación.

Por otra parte, fuentes del hotel Ushuaïa aseguraron ayer que desde que se produjo la agresión que terminó en la muerte de Abel Ureña, de 28 años, varios miembros del equipo de seguridad, llamados por la empresa ´controladores´, han sido despedidos después de hacer una «evaluación estricta» de su actitud y de su comportamiento.

Antecedentes penales

Las mismas fuentes aclararon que antes de contratar a los miembros del equipo de seguridad, y del resto del personal, se indagaron sus antecedentes penales y policiales y que en todos los casos fue negativo. Baptista debió entregar documentos falsos, de la misma forma que había obtenido los permisos necesarios para trabajar en España aportando un pasaporte falsificado.

Por otra parte, fuentes cercanas a la familia afirmaron ayer que no es cierto que el puñetazo que mató a Ureña le destrozara la mandíbula, a pesar de lo que se ha publicado en los diferentes medios de comunicación. La familia había pedido a la Policlínica Nuestra Señora del Rosario que no hiciera públicos los partes médicos sobre su estado, por lo que en los días que permaneció en la UCI del centro hospitalario solo se informó de que continuaba con vida, hasta el día de su fallecimiento.

Los allegados de Ureña han mostrado su «extrañeza» por que la Guardia Civil no detuviera a Baptista la misma noche del suceso, ya que, según aseguran, cuando los agentes llegaron al Ushuaïa el agresor aún estaba allí y fueron sus compañeros del equipo de seguridad los que le dijeron que se fuera del local, sin que nadie lo evitara.

Además, los allegados de Ureña hicieron especial hincapié en que la agresión no fue provocada ni por que Ureña flirteara con la novia de Baptista ni por que hubiera un trapicheo de drogas entre ambos. «Podemos negar ambas cosas», aseguraron los familiares, que no quisieron especificar los motivos de la trifulca porque el caso está bajo secreto de sumario. «Somos los menos interesados en entorpecer la investigación», indicaron.