La conselleria balear de Obras Públicas anunció a mediados de año que después del verano los camiones cargados con mercancías peligrosas podrían circular por la autovía el aeropuerto, salvo por el túnel de Can Sifre. Sin embargo, el director general de Obras Públicas, Antoni Armengol, aseguró ayer a este periódico que finalmente no va a ser así y que, aunque las empresas que transportan este tipo de mercancías podrán utilizar la autovía, deberán sortear el túnel de Can Sifre, pero también el de Ca na Palleva. Los vehículos deberán evitar estos tramos soterrados por los enlaces.

Actualmente, los camiones con mercancías peligrosas no pueden utilizar la autovía y, en su recorrido hacia el aeropuerto, se ven obligados a utilizar el camino alternativo de la carretera de Sant Josep, «una ruta menos segura», según Marc Matutes, administrador de Transportes y Servicios, la empresa que gestiona el suministro de queroseno a las instalaciones de CLH del aeropuerto. La señalización viaria impide a los camiones bajar desde la rotonda de Can Sifre a la autovía, pero después de las fiestas navideñas, según Armengol, se adaptarán las señales a la nueva situación. Así, el tráfico de mercancías peligrosas se podrá incorporar desde la rotonda de Can Sifre a la autovía en lugar de desviarse por la carretera de Sant Josep, aunque deberá sortear acto seguido el túnel de Ca na Palleva saliendo de nuevo de la carretera para volver a incorporarse, una vez pasada la rotonda, y seguir la ruta hasta el aeropuerto.

El director general de Carreteras justifica que se ha cambiado de idea al entender que la alternativa de evitar el paso por los túneles no es tan perjudicial como el coste de las inversiones necesarias para adaptar los pasos soterrados a los requisitos de seguridad que exige la nueva normativa. Además, Armengol subraya que, aunque los túneles cumplan las condiciones de seguridad que establece el Real Decreto 635/2006 (posterior a la redacción y aprobación del proyecto de la autovía), «siempre existe un riesgo».

Para adaptarse a la citada norma, la conselleria de Obras Públicas debería construir una balsa con un drenaje para recoger los vertidos de sustancias peligrosas (queroseno, por ejemplo) que se pudieran producir en caso de accidente, que implicaría «descalzar los túneles, lo cual podría provocar la inestabilidad de la estructura». Asimismo, entre otras cosas, habría que cambiar todo el sistema de ventilación. Las exigencias técnicas son «considerables», según Armengol, que defiende que la alternativa que se propone a los transportistas de mercancías peligrosas no les debe generar ningún perjuicio.

El Consell de Ibiza encargó a finales de 2007 a una empresa de fuera de la isla un análisis de riesgo para determinar si el tráfico de mercancías podía pasar por el túnel de Ca na Palleva que concluyó que era factible siempre y cuando se instalasen un equipo de iluminación de seguridad y un circuito cerrado de televisión, entre otras cuestiones.