Opinión | Para empezar

Volar solo con 2 años o los sinsentido de las low cost

Imaginemos este escenario: un niño de 2 años y medio, separado de su madre y sentado junto a un desconocido en un avión. ¿A quién se le pasaría por la cabeza? Pues… a cualquier compañía low cost.

Salir de Ibiza en avión es enfrentarse con impotencia a los abusos de las aerolíneas. En julio haré una escapada a la península con mi peque. Vamos a celebrar el cumple de la abuela. Nada, un viaje de tres días. Pienso que siendo pleno verano habrá opciones baratas. ¡Genial! Encuentro un vuelo por apenas 50 euros los dos ida y vuelta con el descuento de residente. Pero cuando voy a reservar… ¡oh,sorpresa!

Mi hijo, que aún no llega a los 3 años, ya no es un bebé. Las aerolíneas lo tratan como un adulto, al menos a efectos de facturación. Por lo que tengo que pagar una tarifa extra para asegurarme de que se siente a mi lado. De lo contrario, los ingeniosos algoritmos de la compañía le asignarán un asiento aleatorio. ¡Qué buena idea!

¿Quién será el afortunado que disfrute de la compañía de mi hijo llorando, pidiendo ver La Patrulla Canina y queriendo jugar al Veo Veo todo el vuelo y que, naturalmente, no entiende por qué no está con mamá? Tal vez, las operadoras aéreas creen que esto es una excelente manera de fomentar la interacción social y la empatía entre los pasajeros. O quizás piensan en las mamis que necesitamos un respiro y lo hacen por nuestro bien. “Los azafatos se encargarán de su hijo durante el vuelo, relájese y disfrute” ¡Ay!

Además del billete básico (que se supone asequible) y la elección de asiento, tenemos que pagar extra por llevar equipaje de mano (aunque igual esto nos lo ahorramos esta vez después de la última sentencia a Vueling y ya, si eso, reclamamos). El caso es que, lo que en principio parecía un vuelo económico, con todos los “extras” supera los 180 euros.

Es una pena que volar se haya convertido en una trampa de tarifas ocultas y reglas absurdas donde la única certeza para el viajero es la indignación. Quizás es hora de plantarse y no pagar por nada que no tenga sentido. Si quieren que mi hijo de 2 años y medio viaje solo, buena suerte con ello.

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