Opinión

Con distintas consecuencias

Llega el trimestre con tres citas electorales. Una por mes. Dos de ellas, las vascas del 21 de abril y las catalanas del 12 de mayo, tendrán, a priori, consecuencias muy diferentes para la política en los dos territorios pero, sobre todo, para la política española.

Las encuestas dan un empate casi perfecto entre PNV y EH Bildu en Euskadi, sin descartar que la izquierda abertzale pueda hacerse con la victoria. Sería un hecho inédito. Nadie duda, sin embargo, que el Gobierno de Vitoria lo encabezará el candidato del PNV, Imanol Pradales, con la ayuda del PSE, que sería tercera fuerza y repetiría en la coalición gubernamental. Bildu tiene asumido que eso será así porque aún le queda un trecho que recorrer en su camino de normalización democrática. No se plantean, por tanto, exigirles a los socialistas su apoyo para gobernar y mucho menos sopesan una coalición con el PNV, que consideran nacionalista, sí, pero de derechas. Así que los resultados de las elecciones vascas no modificarán, en principio, las frágiles alianzas que dan estabilidad al Gobierno de Pedro Sánchez.

Cosa distinta son las elecciones catalanas. En las urnas del 12 de mayo se juegan muchas cosas. El Gobierno de la Generalitat, por supuesto, pero también el posible éxito electoral del PSC, la primacía dentro del independentismo entre ERC y Junts, y el respaldo a los Comuns. De ese entramado dependerá que el Govern lo presida el socialista Salvador Illa con el apoyo no se sabe aún de quién o que se forme un ejecutivo independentista, pese a la pésima relación entre ERC y Junts.

Cualquiera de las hipótesis y, más que nada, las largas negociaciones que se prevén para dar con la fórmula catalana, sí que tendrán una repercusión directa en la solidez, y puede que incluso en la continuidad, del Gobierno de Sánchez. Especialmente si eso le impide aprobar los presupuestos de 2025.

En ambas elecciones el PP, aunque mejore resultados, parece condenado a la marginalidad. No así, sin embargo, en las elecciones europeas de junio. Aunque la concatenación electoral también puede variar esas expectativas.

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