Opinión

¿Todo sigue igual?

La máxima de que el fútbol es un deporte en el que juegan once contra once y siempre gana Alemania caducó hace tiempo, pero se podría trasladar casi literalmente a las elecciones vascas. En Euskadi hay un puñado de partidos que se presentan a los comicios, pero siempre gana el PNV. En las elecciones de este domingo, por los pelos. Porque EH Bildu ha pegado un fuerte estirón y se ha peleado tan de igual a igual con el partido nacionalista que han acabado obteniendo el mismo número de escaños, 27. En votos, sin embargo, volvió a ganar el PNV, que es primera fuerza en Vizcaya, el territorio más poblado aunque elige el mismo número de diputados que Guipúzcoa y Álava. Se podría añadir que, salvo que se hubiera producido un terremoto electoral, ganara quien ganara el Gobierno vasco sería el mismo. Y así va a ser, distintas personas, pero la misma coalición del PNV con el PSE.

Un resultado, pues, de continuidad, que aparentemente lo deja todo igual. Se abren, no obstante, varias incógnitas: saber si el nacionalismo moderado va a seguir cayendo o si el cambio en la lendakaritza, que ahora recaerá en Imanol Pradales, le permitirá recuperarse y, en la misma medida, ver si la izquierda abertzale continuará al alza o si ha tocado techo. Mientras, tendrá que seguir su proceso de normalización democrática para la que aún, como ha demostrado su candidato, Pello Otxandiano, le queda un trecho. Continuidad también respecto a las alianzas de ambos partidos con el PSOE. Ninguno hará peligrar, de momento, el Gobierno de Pedro Sánchez.

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