Desde la marina

Un año más o un año menos

Cuando por el tubo de desagüe se nos va diciembre y tenemos deshojado mes a mes el calendario, uno no sabe si viene al caso hablar de un año más o un año menos. El optimista dirá que un año más, porque es estupendo llegar al 2024, siendo que la alternativa hubiera sido peor. El pesimista, en cambio, con lo de un año menos, se quejará de que con este fenecido 23 le ha dado otro mordisco al tiempo que tiene adjudicado. Es una cantinela antigua que ya cantaba en un terceto, con un punto de cinismo y mala leche, el bueno de Quevedo, don Francisco: “Ayer se fue, mañana no ha llegado / Hoy se está yendo sin parar un punto / Soy un fue, y un será, y un ‘es’ cansado”. Lo de cansado era porque lo escribió mayor y con achaques. Nada nuevo. Es el tópico literario, pero muy real, del tempus fugit, en el que mejor es no pensar demasiado.

En Ibiza, cuando yo era niño –hace ya mucho tiempo- los vecinos practicábamos una simpática y común competición que, en el fondo, era una sabia reacción contra la mordida del tiempo. Cuando al acabar diciembre veíamos que al calendario le quedaba una sola hoja, poníamos especial empeño en conseguir el calendario del nuevo año, como si su sustitución nos salvara del horror vacui, de quedarnos sin continuidad. El nuevo almanaque nos daba tranquilidad, era como si nos asegurara la pervivencia del tiempo contenido en las nuevas 12 hojas.

Comprábamos un nuevo calendario en la Imprenta de Diario de Ibiza, o en Casa Verdera o, mejor aún, lo conseguíamos gratis en la Farmacia Marí, o en Bodegas del Puerto, o en Can Xinxó, o en la tienda que distribuía los espiritosos de Marí Mayans. Eran calendarios de buen tamaño y de colores, con una estampa de flores, del tópico lebrel tras una liebre o de una moza de buen ver y carnes prietas, con cántaro en la cadera, un canto a la vida que nos evitaba vanas elucubraciones. A partir de aquí, usted decidirá lo que mejor le cuadre, lo de un año más o un año menos. Yo prefiero, sin más, cambiar de calendario. ¡Felices fiestas!

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