Desde la Mola

Silencio administrativo

Si bien es un concepto aplicado a la respuesta inexistente de la Administración, podría resumir lo sucedido en la crisis del Consell de Formentera durante esta última semana. Calma chicha previa a la tormenta o ganas de olvidarse (a algunos les gustaría más que el gordo de la lotería del viernes). El mensaje de Córdoba ahuyentando el miedo a un voto negativo a los presupuestos de aquí. A los de allí les aplicó el castigo de la ausencia, con el susto en el cuerpo de la señora Prohens y la dependencia de más de 20 millones para los postulados de Vox (todo un regalo a la mala gestión de la crisis) y la copa de Navidad para funcionarios y próceres fue un remanso de paz en medio de las aguas turbulentas. Las fotos y la descripción de Carmelo Convalia revelaron algunas actitudes de distanciamiento voluntario entre compañeros de lista electoral. Mientras, se veía al señor Córdoba departiendo con el señor González y el señor Ferrer, los tres con cara de ‘compromiso navideño’. De ahí a confirmar ciertos rumores de acercamiento, frente alguna ‘cobra’ emulando a Bisbal y Chenoa va un trecho que apenas puede cruzarse.

Pero es bueno que después de tanta crispación, dimes y diretes, nos quede espacio para la buena educación y una cierta armonía. Aunque todas las cuitas están por resolver. Especialmente los mensajes que llegan desde Mallorca o desde Madrid (leamos Génova) sobre que una isla de apenas unos miles de personas (aunque de importancia mediática) pueda poner en jaque a una de las comunidades con mayor déficit fiscal, a la hora de la rebelión de las gobernadas por el PP contra cualquier medida que provenga del gobierno Sánchez, como se vio en la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera del otro día. Son épocas de aprobar presupuestos donde todo y todos son necesarios en la aritmética parlamentaria. La necesidad hace que lo de ayer se convierta en anécdota frente a lo que se apruebe mañana. De nada sirve la voluntad de… si son precisos los votos de... Alguien pensó que no sería necesario el voto de Llorenç Córdoba teniendo al exdiputado de Vox por Menorca a su favor. Al final, Prohens, por aquello de asegurar el tiro, opta por tragar saliva y acceder con cara de “pelillos a la mar” a introducir las peticiones de Vox sin rechistar, no sea que Formentera (perdón Córdoba) se desmarque a última hora y deje al Govern compuesto y sin novia. Que la lotería nos sea propicia y ahogue las penas.

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