Para empezar

Tormenta más allá de es Freus

Podría citar a Maquiavelo o a Sun Tzu, quedaría muy cool. Pero prefiero tirar de sentido común para intentar entender qué está pasando en el paraíso de aquí al lado, allende es Freus. Los políticos de Formentera están inmersos en una tormenta de sinsentidos provocada por el que debería ser su patrón, el presidente Llorenç Córdoba. Vaya por delante mi respeto por quien pasa por una crisis económica (como tenga que dar yo ejemplo...), pero creía que estaba claro que no hay que meterse en política por dinero. Que no hay que buscar en las arcas públicas lo que no puedes tener en tu vida privada y profesional, ni con sobresueldos ni con dinero de presuntos fondos reservados. Córdoba tenía mi respeto hasta que fue capaz de callar varios días tras amenazar con retirarle al Govern el apoyo incondicional de la isla, que no recae sólo en él sino en el Consell, también en los consellers de PP y Compromís, a los que dejó de lado. ¿Por qué? Esa es la cuestión. Después vino el frenesí, las justificaciones apresuradas, como acusar a la presidencia del Govern de incumplir el pacto de gobernabilidad apenas seis meses después de tomar posesión. ¿Tan pronto? Un político debe ser ejemplo de transparencia y de capacidad de diálogo. Dos condiciones que Córdoba, por las razones que sea (él mismo ha reconocido que en parte son económicas), no reúne ahora mismo. Dice estar tranquilo porque las grabaciones en las que se le escucha pedir sobresueldos no pueden divulgarse, que son ilegales. El problema es que no desmiente su contenido.

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