Tribuna

‘Barbie’ y feminismo, luces y sombras

«En la película, las mujeres son capaces de organizarse y defenderse, pero el ideal de belleza y el estilo de vida a seguir permanecen intactos»

El auge del feminismo ha influido en todos los ámbitos de nuestras vidas, incluyendo el mundo audiovisual. Un claro ejemplo es la evolución de las cuatro películas de ‘Toy Story’ de 1995 a 2019, especialmente de la muñeca pastora Bo Peep; o los perfiles de las protagonistas de ‘Todo a la vez en todas partes’, que años atrás hubieran sido impensables.

Es una victoria del feminismo que una producción cinematográfica como ‘Barbie’ hoy no sea exitosa sin una perspectiva de empoderamiento femenino. Pero también es cierto que el ‘producto Barbie’ influye en la sociedad. Creo que un objetivo de la película es que las mujeres nos reconciliemos con lo que representa esta muñeca. Barbie fue creada por Ruth Handler con la idea de alejar a las niñas de las muñecas tradicionales y representar a una mujer independiente. Pero, curiosamente, Barbie estuvo inspirada en Lilli, un personaje de una tira cómica alemana estereotipada y machista, creada por un hombre, que posteriormente pasó a ser una muñeca para satisfacer el deseo adulto masculino.

En el feminismo la mirada crítica es básica, valorando y reconociendo los avances y aciertos, pero también analizando los errores y las trampas. En este sentido, es clave la crítica que hacen a ‘Barbie’ las adolescentes de la película en el merendero del instituto. Por otro lado, es un acierto plasmar Barbieland como una sociedad donde ella(s) son las protagonistas y las jefas de todo, y donde Ken es un personaje secundario, complementario y hasta dependiente de Barbie, que se encuentra desubicado. El inicial ninguneo a Ken es una manera cómica de mostrar a los hombres cómo es sentirse subordinada por razón de sexo en la sociedad. En el mundo rosa, las mujeres son capaces de organizarse perfectamente y defenderse.

Pero, en la película, el ideal de belleza permanece intacto, y se reproduce a través de una mujer de carne y hueso, gran actriz y productora, Margot Robbie: actualmente la mujer mejor pagada de Hollywood, aunque no ha cobrado más que el actor secundario, Ryan Gosling. Por cierto, su edad, 42 años, no le ha penalizado para representar a Ken, aun teniendo 10 años más que la actriz. En definitiva, la película no cuestiona en el fondo este mundo ideal y consumista (sin crítica social ni climática) a través de la Barbie Estereotípica. Puedes salir del cine satisfecha porque las Barbies son guais y guerreras, pero también puedes salir con la misma idea intacta de cuál es el estilo de vida a seguir y el modelo de mujer ideal: el canon de belleza occidental, que no es universal aunque nos parezca imposible.

Los cánones de belleza siguen teniendo un papel fundamental para generar complejos, baja autoestima, trastornos alimentarios y, en definitiva, hacernos perder de vista lo realmente importante para controlar nuestro cuerpo y nuestras vidas. En este sentido, el personaje de Gloria (America Ferrera) tiene un discurso brillante sobre lo que se espera de las mujeres y la frustración por no conseguirlo, porque simplemente es contradictorio e imposible. Gloria tiene la idea de hacer la Barbie Normal, y parece una gran propuesta, pero la realidad es que Barbie Estereotípica es un ideal, un objetivo inalcanzable. Así que esta Barbie Normal sería imposible de concretar, porque tendría que representar a todas las mujeres de todas las tallas, edades, formas y colores. El nuevo prototipo no debería tener un modelo estético a seguir y, por lo tanto, dejaría de ser una Barbie.

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