La partida está por jugar

Las derrotas electorales son duras. Mucho más de lo que mucha gente puede imaginar. Hunden la moral de los militantes, muchos de los cuadros intermedios se van directos al paro y las organizaciones pierden cuantiosas subvenciones para su financiación. A veces, de hecho, los partidos se han visto obligados a hacer un ERE a sus trabajadores porque sus finanzas han mermado tanto como sus escaños. Así que es lógico que cuando eso ocurre, en la depresión, se busque la responsabilidad del descalabro en otra parte. En esta ocasión que los socialistas han perdido inesperadamente el poder en comunidades como la valenciana, Aragón, Balears, La Rioja y seguramente Extremadura, y en ayuntamientos como los de Sevilla, Valladolid o Palma, no es de extrañar que le echen la culpa del desastre a Pedro Sánchez. Aunque los que se han hundido han sido los partidos coaligados, mucho más que los propios socialistas.

Pero el presidente se empeñó en protagonizar una campaña en la que podía haber dado mayor relevancia a los líderes autonómicos y locales, y eso, y la extendida aversión a Sánchez, hace que muchos piensen ahora que ya no suma, que solo resta. Si esas afirmaciones que la derecha, y algunos socialistas, repiten como un mantra fueran ciertas, los resultados del 23J serán catastróficos para el PSOE y el presidente quedará amortizado. Se confirmaría, así, lo que algunos desean.

No conviene, sin embargo, anticiparse a los acontecimientos. Quienes tienen memoria recordarán momentos en los que, por ejemplo, dirigentes regionales y locales reprochaban sus adversos resultados a un líder tan indiscutible como era Felipe González. El líder es el salvador y es reverenciado por ello, pero cuando sus dotes taumatúrgicas se debilitan a él se le atribuyen casi todas las desgracias.

No está escrito lo que ocurrirá dentro de 50 días y sería prudente no dar por liquidados ni a Sánchez ni al PSOE. Las cartas están repartidas y aunque parece que Feijóo tiene los cuatro ases, la realidad es que la partida está aún por jugar.

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