Para empezar

La peor generación, de nuevo

Para palpar lo que piensa la sociedad, no hay nada como echar un vistazo a los grupos de whatsapp de compañeros del colegio. La pasada noche electoral celebraban que por fin, la «zorra bisexual» (creo que se referían a la Colau, pasé la infancia en Barcelona) dejaría de ser su alcaldesa. Gente de cuarenta y tantos, la mayoría con la vida resuelta, de clase media, y que expresaban una rabia indescifrable, una ira violenta y acumulada. Es algo a lo que le doy muchas vueltas. ¿Por qué los hombres de mi generación están tan enfadados? Es algo que no percibo en las mujeres, solo en ellos. Se sienten agraviados, se victimizan, gimotean y tienen el cinismo de acusar a los jóvenes de tener mandíbula de cristal. Esta generación no tiene la épica de quienes sí vivieron la transición, pero tampoco ha sufrido la crisis como les ha tocado a los millennials. Han vivido siempre entre algodones. Hastiados de bienestar. Instalados en el privilegio. Y, cuando superan el ecuador de su vida, en un estado de rabia perpetua. ¿A qué le tienen miedo? ¿Al feminismo, quizás? Lo ignoro. Solo sé que somos, con diferencia, la peor generación de la historia. Dejaremos un mundo peor del que nos que encontramos. Solo espero que vengan los jóvenes de una vez y arrasen con nosotros y nos borren de la faz de la tierra.

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