Desde la Mola

Catarsis

Valentín Villagrasa

Valentín Villagrasa

Toca hablar de elecciones, toca hablar de vuelco en las votaciones, toca hablar de un futuro de catarsis. Los resultados invitan a excusas de mal pagador… a momentos Pio Cabanillas, cuando se preguntaba al final de la noche ¿quiénes hemos ganado? Porque siempre hay un resquicio para lo positivo, aunque el firmamento sea negativo. La derecha en Baleares (como en casi toda España) ha confirmado la tendencia, por encima de lo que decían las encuestas y ha consolidado una posición dominante casi sin la aportación de la extrema derecha. A la postre un dato positivo para la democracia.

Las elecciones locales suelen ser un juicio ciudadano a la gestión de un grupo de personas por encima de la ideología. Es un test de los administrados a los administradores. El resultado del domingo demuestra claramente ese principio. La afectación de lo que en su día la ciudadanía consideró errores de bulto han determinado las preferencias de los electores de Formentera. Se cumple aquella máxima de que las elecciones no las gana la oposición, sino que las pierde el gobierno. Luego vienen los análisis de los especialistas. Esperaremos a leer entre líneas sus juicios. También al poco llega la búsqueda de respuestas a muchas cuestiones que no la tienen. Muchos otros niegan la mayor y no quieren ver lo que pudo ser y no ha sido por su propio empecinamiento en que no sea (se trata de un trabalenguas para quienes me están entendiendo). Es época de catarsis, de extraer los males que nos llevaron a esto, de encontrar culpables ajenos para no culpabilizar al verdadero culpable (es amigo, que le vamos a hacer). Lo cierto es que se va a producir un cambio de gobierno en nuestra isla. ¿Un estilo diferente? Me pregunto. Una aplicación de ese ‘cambio’ que han pregonado de manera eficaz o un haremos ‘lo posible’ dentro de las dificultades. Porque del refranero español me quedo aquello de «una cosa es predicar y otra dar trigo». Seguro que habrá un cambio perceptible, pero tal como han ido las cosas (una mayoría absoluta es fácil de administrar, pero difícil de resolver) es necesario que sea a corto plazo para generar suficiente credibilidad. Me da (es una sensación surgida de muchas conversaciones) que no hay que despreciar la contribución de los desencantados de este 2022 de 17 meses o anno horribilis para un govern que no ha sabido explicarse, quizás por inexplicable. Esos exigen rentabilizar su cambio de voto. Llorenç, president, no será fácil, pero hay que ponerse manos a la obra desde ayer…

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