Tribuna

Residuos: el gran dilema del éxito pitiuso

Esteban Morelle-Hungría

Esteban Morelle-Hungría

Todas las previsiones apuntan a un éxito en esta temporada turística, al menos, si seguimos los datos referentes al mes de febrero de 2023. No obstante, surge de nuevo un dilema que debería haberse tratado hace mucho tiempo, los residuos y su tratamiento.

Hace casi tres años que la Comisión de Medio Ambiente del Govern balear daba el visto bueno al Plan Director de Prevención y Gestión de Residuos no Peligrosos de Ibiza. Se otorgaba un plazo de dieciocho meses para que la máxima institución pitiusa presentase un plan alternativo al vertedero de Ca na Putxa, al estar previsto su límite de capacidad en 2026.

De las diferentes opciones que se han tenido conocimiento, durante los últimos meses, la incineración es la más controvertida a diferentes niveles, pero pocos han expuesto los motivos. Existen diferentes opciones para tratar los residuos generados, siendo la valorización energética una de ellas, y la incineración se encuentra dentro de este grupo. En este tipo de instalaciones se queman residuos de la fracción de rechazo a muy altas temperaturas, para obtener energía de este proceso de combustión, sin embargo, no es el único proceso que puede realizarse con esa finalidad. Aunque se ha mejorado los impactos derivados del proceso conocido como incineración, véase estudios como de Tito y Sabino (2019), coincidimos con Tait y otros (2020) cuando indican que pese a estas mejoras se debe adoptar el principio de precaución. Ello significa que debemos implementar medidas de minimización de residuos y a su vez elaborar una política orientada hacia el residuo cero, antes de optar por tal elección. Esto es esencial pero con mayor necesidad en los territorios de gran vulnerabilidad como las islas. Por eso antes de iniciar este debate, las políticas deberían haberse implementado con ese objetivo, separación en origen, recogida puerta a puerta, iniciativas orientadas a la reducción de residuos mediante mecanismos fiscales e incentivos económicos, etc. Por tal motivo, antes de plantear esta opción deberían informar de los costes de la instalación, del plan de gestión de los residuos que se generan en este tipo de procesos y, especialmente, cómo se incentivaría un plan de reducción y residuos cero, al ser esta la única alternativa viable para hacer frente al problema.

Reducir, reciclar y reparar será esencial pero de nada servirá si no se adopta una política seria y rigurosa que analice los límites que podemos establecer para garantizar la sostenibilidad de este paraíso llamado Pitiusas. De nada servirán este tipo de medidas si no se establece una limitación del número de turistas que pueden residir y visitar este territorio, por lo que debemos analizar la problemática en su conjunto y no caer en la errática habitual, poner parches sobre problemas de forma separada. La protección de los recursos naturales depende de nuestra especie al ser quienes estamos poniendo en peligro a los ecosistemas con esta y otras medidas. Por ese motivo urgen mecanismos serios y rigurosos de alcance global poniendo de relevancia la necesidad de adoptar la mejor decisión no sobre criterios antropocéntricos pues nuevamente estaríamos ante ese error que podría suponer el colapso del éxito pitiuso.

Turismo, modelo económico, residuos y protección ambiental deben ir de la mano y analizarse de forma conjunta con una mirada global atendiendo al enfoque ecosistémico. Únicamente con este tipo de medidas podremos mitigar los efectos que ya se han iniciado y que precisan de esos límites que aunque no gusten a muchos son necesarios para el planeta.

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