Queda inaugurada esta inauguración

Rita Vallès i Serra

Rita Vallès i Serra

¿Lo notan? ¿Ese olor tan particular que lo impregna todo? Sí, la demagogia está en el aire, huele a elecciones. Nuestros bien pagados, digo bienamados, políticos han tenido cuatro años, ¡cuatro! para finalizar obras y proyectos. Pero en política se lleva lo de procrastinar y sepultarnos en inauguraciones en los meses previos a los comicios. De los pantanos franquistas hemos pasado ahora a las inauguraciones de primeras piedras, tuberías, asfaltados, pasarelas, rotondas... Comitivas interminables de cargos desembarcan en la isla o salen de sus confortables despachos para codearse con el populacho al que desprecian o directamente ignoran durante la legislatura para volver a interesarse por él, de modo repentino, justo cuando necesitan votos para mantenerse en el poder. Y con la excusa de las inauguraciones los próceres improvisan mítines electorales pagados con dinero público y no con el de sus partidos. Aunque de todo lo que suelen hacer por una foto me repatea especialmente la ceremonia de entrega de llaves de viviendas sociales con el dadivoso político omnipresente. Me recuerda a esas damas de la caridad de principios del siglo pasado que lanzaban monedas al aire para que los pobres las recogieran. La que nos espera hasta mayo.

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