El centro provisional de baja exigencia de sa Joveria ha empezado esta semana a alojar a las primeras personas sin hogar. Sin duda, la apertura de estas instalaciones es una buena noticia, pues es un recurso muy necesario desde hace años, del que carecía la isla. Además de las 56 plazas de alojamiento que ofrece, también tiene servicio de ducha, lavandería o desayuno para personas en riesgo de exclusión, aunque no sean usuarios del centro, siempre que hayan sido derivadas por los servicios sociales municipales. Pero al mismo tiempo, esta infraestructura de asistencia temporal es el resultado de la incapacidad del Consell y los ayuntamientos ibicencos de construir el centro definitivo de es Gorg, que los responsables de las instituciones locales se comprometieron en abril de 2009 a levantar para paliar al fin la falta de un servicio de estas características, en el que los usuarios no tienen que cumplir condiciones o requisitos previos. A menudo, tienen adicciones, enfermedades mentales o ambas, lo que les excluye de utilizar otros recursos como el albergue de acogida municipal de Ibiza.

La idea de esta instalación surgió de Cáritas en 2006. Hace 16 años que esta entidad advierte de la necesidad urgente de un centro de baja exigencia en la isla. El Ayuntamiento de Ibiza cedió al Consell un solar en es Gorg en mayo de 2010; aquel mismo año deberían haber empezado las obras. En septiembre, el Consell, gobernado entonces por PSOE-Pacte, presentó el proyecto y anunció que el centro se abriría en 2012. Cáritas pidió a los partidos en la campaña de las elecciones locales de 2011 que no frenaran el proyecto, porque era urgente; sin embargo, más de una década después, aún no se ha puesto la primera piedra.

El edificio que se ha construido junto al Recinto Ferial y que se presentó oficialmente el lunes es sólo una solución temporal hasta que se construya el centro definitivo, nadie sabe todavía cuándo, pese a que es un proyecto que cuenta con el apoyo unánime del Consell y de todos los ayuntamientos, que junto con Cáritas integran la Mesa Contra la Exclusión Social. El centro de sa Joveria, cuya construcción ha asumido el Consell y cuyo funcionamiento financiarán la institución insular y los consistorios, también ha sufrido retrasos sobre los plazos previstos.

En cualquier caso, aunque llegue tarde y sea una solución provisional, hay que aplaudir la apertura de este centro, que gestionará la Fundación SAMU durante dos años, y hay que escuchar las advertencias de Cáritas, que es, junto con Cruz Roja, la entidad que está más en contacto con la pobreza en la isla. El delegado episcopal de Cáritas, Miguel Ángel Riera, critica que el déficit de recursos sociales sea tan grande en unas islas tan ricas, y recuerda que «vivir en la calle degrada a las personas, pierden su dignidad». El coordinador de Cáritas, Gustavo Gómez, no oculta su preocupación por el invierno: «Va a ser duro», alerta. Las instalaciones que se abrieron el lunes permitirán atender y ofrecer un espacio digno a personas que viven en la calle o en infraviviendas, y acercarse a las que no aceptan ayuda si implica someterse a determinadas normas. Ese primer paso puede abrir otras puertas más tarde, en el complejo y difícil camino de la recuperación de personas sin hogar ni recursos de ningún tipo para mejorar su situación. Gómez recuerda que las crisis condenan a la exclusión social a personas que nunca más tienen oportunidad de remontar: «Con la pandemia hay muchas que han caído en exclusión y en exclusión severa». Es obligación de las instituciones habilitar recursos para atender a estas personas de forma ágil y diligente, mucho más de como lo han hecho hasta ahora en Ibiza. No está de más insistir en que la apertura del edificio provisional no debe servir de excusa para ralentizar aún más la construcción del edificio definitivo, que hace años que tendría que estar acabado, ni para no incrementar los recursos destinados a atender a tantas personas que se ven abocadas a la pobreza y la exclusión en unas islas que presumen de prosperidad y exhiben opulencia.

DIARIO DE IBIZA