Conocí a Vicent a principios de los años 80 del siglo pasado. En 1983 recién elegido secretario general de la USP-PSOE junto a otros compañeros que nos han ido dejando (Paco Boned, Enrique Mayans y otros) establecimos un plan estratégico para implantar el PSOE más allá de los núcleos urbanos. El proyecto giraba en torno a la localización y captación de perfiles progresistas comprometidos y arraigados en un entorno rural, muy conservador, reacio a los cambios que se producían en la sociedad ibicenca y española en general. Vicent junto a Pep Gustinet, Marià Rafal y otros, contribuyó de manera determinante a la implantación de PSOE en el medio rural. En 1997 fue elegido secretario general del PSOE en Ibiza y Formentera.

En sus muchas responsabilidades, institucionales y de partido, tuvo la virtud, siempre tan escasa, de escuchar otra opinión para así irse formando la suya propia. Siempre encontró tiempo para sopesar una decisión hasta encontrar el punto de equilibrio mejor para la mayoría.

Con su fallecimiento la sociedad pierde un gran interlocutor y personalmente pierdo un amigo de los que se cuentan con los dedos de una mano. Como amigo siento un desgarro, como si una parte importante de mi existencia perdiera consistencia,como si tiempos y hechos compartidos fueran más borrosos.

Deseo que Vicent, como buen creyente que era,encuentre buena acogida y que Dios lo tenga merecidamente en su gloria. Su memoria permanecerá viva entre nosotros. Hasta siempre, Vicent.