Cuando en estos mismos papeles leo que sólo un 2% del consumo alimentario de Ibiza se produce en la isla, me viene a la memoria el comentario que hace ya más de 100 años hacían Vuillier y el Archiduque cuando decían que, en determinados días, las fondas de la ciudad no podían servir carne porque tenían que esperar a que la trajera el barco-correo. Ni tan siquiera entonces la isla era autosuficiente. Y la historia se repite. Exponencialmente agravada. El payés es ya una rara avis y el consumo, con el aumento de la población, no para de crecer. En esta situación no dejan de sorprenderme algunas tímidas y voluntariosas recuperaciones agrícolas, promovidas las más de las veces por jóvenes emprendedores que apuestan por la viña, la recuperación del algarrobo y el olivar. Lo cierto, sin embargo, es que nuestra agricultura y ganadería están bajo mínimos y que lo que fueron cultivos soy hoy rastrojeras, terrenos baldíos.

En los últimos 20 años hemos perdido más de 80 kilómetros cuadrados de usos agrícolas y el problema es que no se acierta a encontrar soluciones que permitan revertir una situación que resulta paradójica cuando la demanda aumenta y exige productos locales. Acudo a los mercadillos hortofrutícolas que se hacen en Sant Jordi, en Sant Rafel o en Forada, y compruebo que existe una clientela que apuesta por el producto ecológico, de kilómetro cero, producto fresco y de cercanía. La venta, en estos casos, tiene la ventaja y el atractivo de que la hace el propio payés. Y que el producto es del mismo día o del día anterior. Nada que ver, por tanto, con las verduras y frutas que maduran en cámaras, soportan traslados, han tenido una manipulación que las adorna tanto como las castiga y que no saben a nada. Visto lo visto, el Consell Insular d'Eivissa debería estar atento y potenciar los esfuerzos que hacen los productores -agricultores, ganaderos y apicultores locales-, dar más información sobre los productos y artículos que genera la isla y decirnos dónde podemos adquirirlos. Nos va mucho en ello. Porque además de defender y potenciar el consumo del producto local, con ello estaremos preservando el territorio y regenerando el paisaje.