Enfrente del edificio Santa Margarita, en la avenida de Isidor Macabich, una de las pasarelas habilitadas para los peatones por las obras en la zona, donde a la construcción de los nuevos juzgados se suma el inminente derribo del último inmueble de ses Protegides, presenta un estado lamentable en el que no falta ni el peligroso clavo oxidado.