Que el control de lo que se está construyendo en Xarraca se encargue a una empresa externa. Para empezar, la ley obliga a no extralimitarse en la construcción permitida en la licencia, es algo obvio pero que lamentablemente tiene que explicarse en Ibiza en demasiadas ocasiones. Y además, resulta curioso que se deba gastar dinero público en controlar que así sucede en esta zona del litoral de Sant Joan. Tampoco se explica que el Ayuntamiento tardara tanto en paralizar las obras, decisión que se adoptó una vez publicadas las denuncias de los ecologistas. Demasiados interrogantes en este caso de urbanismo. Y eso que se construye sobre una estructura ya existente...

Que el Govern explique días después que una comisión de seguimiento de la Comisión Europea se ha desplazado a Eivissa para comprobar en su puerto y aeropuerto que se cumplen las normas adoptadas para evitar la propagación de la xylella, una plaga vegetal que amenaza los frutales pitiusos. Podrían hacer lo mismo con las serpientes...