La Fiscalía General del Estado ha asegurado que no se ha alcanzado ningún tipo de pacto con Jaume Matas encaminado a obtener una reducción de penas en los juicios que el expresidente de Balears y exministro tiene pendientes y evitar de este modo su regreso a la cárcel. La aclaración se ha producido después de las nuevas especulaciones surgidas sobre la existencia de tales acuerdos.

La fiscalía ha reconocido negociaciones, aunque todavía sin acuerdo ni decisión. La propia defensa del expresidente señala, por su parte, que un pacto conjunto en las piezas del caso Palma Arena que incriminan a Matas resulta muy difícil, pero aspira a obtener acuerdos puntuales de conformidad.

El pacto entre las partes en los procesos penales es una figura del sistema judicial anglosajón que ha sido introducida y usada de forma recurrente en los tribunales españoles. Especialmente por los políticos acusados de cohecho y todos sus derivados de malversación de fondos públicos. Cuando se ven en un callejón sin salida, han agotado todos los plazos y recursos posibles y las pruebas documentales les dejan en evidencia, entonces se avienen a reconocer los hechos que hasta el momento han negado. Lo hacen con la finalidad de beneficiarse de una reducción de condena.

Es precisamente en este punto donde puede quedar devaluado el sentido y la finalidad del pacto, porque en demasiados casos no comporta la devolución de los fondos defraudados ni la reparación efectiva del perjuicio causado al interés general y al servicio público. Por eso los pactos, en general -y hay que reconocer que en buena lógica- no son entendidos y sí rechazados por una ciudadanía demasiadas veces defraudada por el aprovechamiento personal de los bienes y fondos públicos de quienes un día obtuvieron la confianza y el respaldo de los electores.

¿Cómo entender por ejemplo unos pactos que puedan zanjar con una suave condena todas las causas por corrupción en las que está envuelto Matas, cuando todo el peso de la ley cayó sobre su subordinado José Juan Cardona, que cumple una durísima condena de 16 años por mucho menos de lo que se atribuye al expresidente? Los pactos de conformidad para hacer justicia son legales, pero desde luego pueden dar lugar a desproporciones y agravios comparativos que no son justos.

José Antonio Martín Pallín, magistrado emérito del Tribunal Supremo, declaraba hace unos días que los pactos, tal como se hacen en España, carecen de fundamento. El eminente jurista explicaba que tendrían sentido si se realizaran al principio de la instrucción y así se ahorrara el farragoso proceso de los sumarios y la dilación de las resoluciones. Sin embargo, la Fiscalía Anticorrupción, por lo menos en Balears, acostumbra a dar por buenos los pactos que implican una reducción de condena porque de este modo se obtienen confesiones. Pero son confesiones para sacar un beneficio personal, sin arrepentimiento y demasiadas veces sin el añadido de la devolución de lo malversado o percibido ilícitamente.

Estos días también se ha sabido que la misma fiscalía que tal vez se avenga a negociar con Jaume Matas tiene serias dificultades para hallar pruebas que le impliquen en la compra del palacete, ya vuelto a vender, en Palma. Tantas que valora no acusarle por estos hechos. No es fácil hacerlo a pesar de las fundadas sospechas de que la lujosa residencia fue pagada con dinero ilícito.

El pacto tampoco tiene sentido sin explicaciones, del mismo modo que resulta injustificable y nada coherente que Rita Barberá abandone el PP cinco minutos antes de que la expulsen del partido, tras su imputación por parte del Tribunal Supremo, pero se niegue a dejar su escaño en el Senado. O que los expresidentes andaluces, Chávez y Griñán, al ser acusados por el fiscal, permanezcan en la confusión de lo ocurrido con los ERE.

Los pactos en los procesos penales, cuando afectan a cargos públicos, serán entendidos el día que sean fruto de la transparencia y de la reparación del daño causado. Mientras, tienen un tic de privilegio que no hace más que agrandar la desconfianza ciudadana hacia la clase política en general.