Se trata del secuestro aéreo más prolongado (60 horas) y espectacular de la historia de América Latina. Todo lo que ocurrió durante ese increíble episodio parece sacado de una película. Tal vez por eso Netflix ha decidido convertirlo en una serie que acaba de estrenar y a la que se le augura mucho éxito: 'Secuestro del vuelo 601'.

El vuelo 601 del 30 de mayo de 1973 era pura rutina. Un servicio doméstico más, como los hay a miles hoy en todo el mundo. Y no especialmente largo. El avión en cuestión, Lockheed Electra HK-1274, de la hoy desaparecida aerolínea colombiana Sociedad Aeronáutica de Medellín (SAM), debía volar entre las ciudades de Cali, Pereira y Medellín.

En medio del vuelo, Eusebio y Francisco, un par de pasajeros aparentemente convencionales que ese día viajaban en el Lockheed, se levantaron de la penúltima fila y, en cuestión de segundos, desenfundaron sus armas.

Taparon sus rostros con pasamontañas y anunciaron a las más de 80 personas que se encontraban en la aeronave que había comenzado un secuestro.

Eusebio Borja (27) y Francisco 'El Toro' Solano López (31), se presentaron como parte del Ejército de Liberación Nacional de Colombia, pero lo cierto es que no tenían acento colombiano. Y es realmente no pertenecían a ningún partido político: eran un par de jugadores de fútbol paraguayos que, frustrados ante la negativa de los clubes locales de contar con sus servicios, probaron suerte secuestrando un avión para ver si su situación económica mejoraba.

Tras tomar el control de la nave, los secuestradores pusieron dos exigencias a las autoridades: la liberación de presos políticos en Colombia y un rescate de 200.000 dólares, cantidad que llegaron a elevar hasta los 400.000 y más tarde redujeron a 170.000.

Durante un enrevesado y extensísimo itinerario, de miles de kilómetros, se escaparon del avión varios pasajeros y los secuestradores liberaron a otros. Todo esto mientras avanzaban las aún más complicadas negociaciones para conseguir el auténtico objetivo de los raptores: el botín de 200.000 dólares.

El abogado de SAM les ofreció una cantidad considerablemente inferior, 20.000 dólares, y el Gobierno acabó llegando a la conclusión de que no podía atender a las pretensiones de los raptores. Al final, tras muchas negociaciones, horas de secuestro y en una situación ya extrema, la pareja de secuestradores acabó recibiendo un maletín con 50.000 dólares. No volvieron a hablar de liberar a políticos.

Cuando el Lockheed L-188 Electra tocó finalmente tierra en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, en la Argentina, las autoridades colombianas sabían que los dos secuestradores del Vuelo 601 de SAM, no eran colombianos ni tenían relación alguna con la guerrilla del ELN. En el aeropuerto, una multitud de periodistas estaba esperando la llegada del avión y, de ser posible, lograr fotos y alguna palabra de los dos futbolistas devenidos piratas aéreos. No consiguieron ni una cosa ni la otra. Los piratas habían bajado del avión en algunas de las escalas.

A los cinco días escapar, Solano López fue arrestado en Asunción. Para ese entonces ya le había comprado una casa a su familia. Fue trasladado a Medellín, donde pasó 5 años en la cárcel. Si bien no se sabe a ciencia cierta qué fue de su vida, se cree que murió en un asalto fallido a un banco en Argentina.

El paradero de Borja es desconocido hasta el día de hoy. Hay quienes creen que sigue vivo y que, obviamente, ya gastó su botín.

La serie de Netflix

La serie 'Secuestro del vuelo 601' es una producción de Netflix realizada en Colombia que consta de seis episodios y que ha sido creada por Pablo González y Camilo Salazar Prince.