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Arte Aldo Comas Pintor

El artista Aldo Comas: «Ojalá pueda pintar toda la vida y seguir viviendo de esto»

El pintor catalán presenta en Ibiza su última exposición, ‘Langostas y guitarras’, acompañado por caras conocidas como su pareja, la actriz Macarena Gómez

Aldo Comas inauguró ayer su exposición 'Langostas y guitarras'. Vicent Mari

Aldo Comas está esta semana en Ibiza para presentar su exposición ‘Langostas y guitarras’, que inaugura esta tarde (por la tarde de ayer) en el hotel Aguas de Ibiza Grand Luxe Hotel. En la inauguración le van a acompañar muchos rostros conocidos, entre ellos, su pareja, la popular actriz Macarena Gómez, que ha volado desde Valencia, donde el pasado 25 de julio presentó la película de terror ‘El hombre del saco’, de la que es protagonista. Comas y el hijo de ambos, Dante, han llegado a la isla en barco, con el coche cargado de cuadros de vivos colores, más de una decena, que se podrán contemplar hasta el 31 de julio en el Alabastro, el restaurante ubicado en la planta baja del establecimiento hotelero de Santa Eulària. Las grandes protagonistas de esta colección de pinturas son las langostas y las guitarras, pero también se ha colado una obra con toreros y un capote «usado» intervenido artísticamente. De la exposición y de su vocación como pintor, a la que se lanzó hace tres años, en plena pandemia, habla con Diario de Ibiza unas horas antes del acto inaugural. Después de estudiar Comunicación Audiovisual, abrir una productora, crear un banda de música y poner en marcha todo tipo de negocios, entre ellos, un túnel del viento que se fue al traste con el coronavirus, en 2020 Aldo Comas decidió encomendarse «al dios del arte» y, por ahora, reconoce, le «está funcionando».

Aldo Comas, ayer, en el Aguas de Ibiza Grand Luxe Hotel. Vicent Mari

¿Qué simbolizan para usted las guitarras y las langostas?

Esta muestra es una oda al Mediterráneo y a las contradicciones del arte, del artista y de nuestro país. Esa oda la hago a través de un animal tan contradictorio como es la langosta, un crustáceo que se le daba para comer a los esclavos hace 200 años y que ahora es una comida de lujo. También es un ser vivo que sufre muchísimo cuando lo hierven y a nadie le importa, y que, si no lo matan o fallece por accidente, puede vivir más de cien años. Por otro lado, la guitarra es un elemento de cohesión de todos los españoles. Somos una sociedad superdividida, polarizada en diez mil cosas, y, sin embargo, una guitarra nos une a todos en este país. La guitarra es un tótem litúrgico de cohesión, belleza y fiesta.

¿Podríamos decir entonces que, a pesar de esas contradicciones que señala, ésta es una muestra eminentemente festiva?

Sí. Es festiva y aunque aborda esas contradicciones que he mencionado lo hace a través de un hedonismo existencial.

Ésta es su tercera exposición en Ibiza. ¿Diría que la isla es un talismán para su carrera artística?

Ibiza me ha ayudado mucho, la isla me quiere y yo a ella. Mi hermana siempre venía aquí cuando yo era pequeño, yo ya lo he hecho de mayor. No voy de discotecas ni he ido casi nunca, pero cada vez estoy más enganchado a Ibiza. Antes venía dos días o tres, esta vez me quedo casi diez. La isla me cuida mucho y cada vez conozco a más gente aquí. La verdad es que sí que es un talismán para mí y que me ha atrapado.

Ha mostrado su trabajo en Art Bassel Miami Beach, en República Dominicana y en Madrid y próximamente tiene más proyectos en España...

Sí, en agosto tengo dos exposiciones en Mallorca, en junio inauguré ‘Con sol y mambo’ en el Hotel Wellington de Madrid y, si todo sigue según lo planeado, en noviembre o diciembre volveré a Art Bassel Miami Beach.

Parece que su carrera va sobre ruedas.

Hago todo lo que puedo, al final, intento vivir de ello. Lo he logrado, gracias a Dios, pero es difícil. Voy haciendo exposiciones para que se me vaya viendo y ahí sigo luchando. Al final, soy nuevo.

«No tengo nada de aristocrático, mi sangre es de aventureros, un rasgo que también tengo yo»

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Sí, porque su carrera como artista empezó en 2020...

Sí, ya pintaba y hacía mis cosas antes, pero oficialicé y acepté públicamente mi condición de artista y pintor entonces, en 2020, durante la pandemia.

¿Cuándo surgió en usted esa inquietud por el arte?

Mi abuela fue pintora toda la vida, pero nunca vendió un cuadro ni lo expuso. De alguna manera que yo sí decidiera hacerlo fue en honor a ella, que en paz descanse. De hecho, empecé cogiendo cuadros de ella para pintarlos encima, de esta forma vendía obras firmadas por mi abuela y por mí, eran pinturas colaborativas.

¿Cómo se llamaba su abuela?

Pilar Colón. Colón como el conquistador de América. En teoría, somos descendientes de su hermano, según el árbol genealógico que hizo un tío mío. Por la otra rama, la de los Comas, soy tataranieto del coronel general Rizzo, el último zumbado que se quedó en Filipinas.

Desde luego tiene un árbol genealógico de postín.

Mi sangre es de aventureros, un rasgo que tiene mi familia y que también tengo yo.

Hay mucha leyenda urbana acerca de sus orígenes aristocráticos...

No tengo nada de aristocrático, a la gente le encantaría, pero no. A mi familia le fue muy bien en su época. Tiene negocios en la frontera entre España y Francia , en Le Perthus, pasado Figueres, donde vivía Dalí, en esa zona del Empordà que nos vuelve a todos locos. De hecho, Dalí era conocido de la familia y mi padre tiene algún cuadrito que le dedicó. Eran vecinos, pero todo el mundo de Figueres conocía a Dalí en su época.

¿Es Dalí uno de sus referentes?

Es un referente mío en lo artístico totalmente, pero a nivel existencial. Lo que pintaba él no tiene nada que ver con lo que pinto yo, son dos mundos aparte, ojalá supiera pintar como él, pero sí coincido con Dalí en su manera de ver y tratar el mundo. Yo, conceptualmente, soy muy surrealista. Referentes artísticos tengo muchos, desde Velázquez hasta Basquiat. También me flipa Lucien Freud. Además, tengo otros referentes que no son del campo de las artes plásticas, como Hemingway o artistas del mundo de la moda. Al final, mi referente más grande es la belleza, en general.

«El amor que siento por Macarena, que va a más me inspira. Ella es mi Gala, mi musa»

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¿Cómo trabaja? ¿Pinta ya con una idea en mente o se deja llevar por el impulso del momento?

Tengo dos tipos de obra. En unas trabajo un poco por impulsos, como los beatniks lo hacían en la década de los 60 con la escritura automática, tipo Kerouac o Burroughs, que empezaban escribiendo sin saber a dónde iban, como si conectaran el brazo al corazón para ver dónde les llevaba. En mis murales, por ejemplo, vuelco ideas, capas y fragmentos de pensamientos sin sentido que luego van adquiriendo significado. Luego tengo otro tipo de obras en las que trabajo elementos más figurativos, como pueden ser las langostas o los paisajes, en las que sí que puede que parta de una idea preconcebida. Hay cuadros que los tengo en mente desde hace 30 años y los ejecuto quizás en dos días y otros que tardo cuatro meses en hacerlos y que me van viniendo poco a poco. No lo sé, es una mezcla entre el mundo de las ideas y la realidad.

¿Macarena le ayuda de alguna manera a la hora de crear sus obras?

Ha colaborado en algunos cuadros. A veces le digo que me dibuje algo, o le digo a mi hijo que me pinte un elefante. En ocasiones, a Dante le pido que me pinte la base de los cuadros. En muchas obras trabajo con textos y le pido colaboración a Macarena, que, por otra parte, siempre opina, por ejemplo, si un color le gusta o no. Yo la escucho mucho, pero, aparte, ella es mi Gala, mi musa. El amor que siento hacia ella, y que va a más, me inspira. Aunque dicen que el dolor también va muy bien para hacer arte, pero yo prefiero trabajar el arte con el amor.

¿Desde su primera exposición hasta ahora, qué ha aprendido de la industria del arte?

Muchas cosas. He descubierto que este mundo va completamente en paralelo y en un carril distinto al resto de las artes como la música, el cine, la danza o el teatro. Me he dado cuenta de que tiene más valor que tu cuadro esté en la casa de la señora coleccionista de arte que nadie conoce que en la de Leo Messi. A mí me ha costado mucho entender el mundo del arte, todo es mucho más lento, más pausado. En el cine o la música se va a mucha más velocidad. Con el arte es poco a poco y no tiene un star system claro. El hecho de que yo, por ejemplo, fuera un poquito conocido con Maca de cosas previas no me ha servido de nada. En el arte yo me he tenido que labrar mi camino picando piedra y empezando desde cero. Es un mundo muy curioso del que no dejo de aprender cosas.

¿Piensa que la pintura es una etapa en su vida o es su vocación definitiva?

El arte es mi vocación final. A lo largo de mi vida, he hecho un poco de todo, pero ojalá pudiera pintar toda mi vida y seguir viviendo de esto. Por ahora, siguiendo la evolución que he tenido, me ha ido bien. Estoy encantado con esta dinámica.

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