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Julio Bauzá: «Todos los artistas deberían trabajar el ‘collage’»

El artista vuelve a reivindicar la técnica del ‘collage’ en una nueva muestra en Eivissa

El artista junto a su nieto Javier en su estudio en una imagen reciente, y uno de sus ‘collages’. | JB

«Como artista es imposible jubilarse», asegura rotundo Julio Bauzá (Montevideo, 1936), que inaugura este viernes a las 20 horas una nueva muestra en la que reivindica el collage, en Can Tixedó Art Café de Forada. Lo dice recordando el trabajo hasta el final de Erwin Bechtold, fallecido hace unos días: «Es tu forma de expresarte, de manifestar cosas. Ahora trabajo más que nunca, estoy perfecto de forma», dice mostrando una vitalidad envidiable.

Bauzá, que lleva más de cuatro décadas en Ibiza, es un maestro de esta técnica, que practica desde que tiene recuerdos. Así se lo reconoció la Sociedad Ibicenca del Collage, que le tuvo como invitado de honor en la exposición y los talleres que organizaron hace unos meses en el centro juvenil C19 de Vila. «Fue una experiencia muy interesante -dice el artista-, que sirvió para que mucha gente entrara en contacto con el collage. El collage puede ser una herramienta muy poderosa para cualquier artista, como forma de abocetar una obra, distribuir las masas... y también una técnica definitiva para crear. Todos los artistas deberían trabajar de vez en cuando el collage».

En la exposición que inaugura en Can Tixedó mostrará dos tipos de collages, unos fotográficos, a partir sobre todo de descartes de su buen amigo y artista Juan Blanco, y otra serie de piezas geométricas, creadas básicamente de márgenes de libros antiguos: «Compro libros y voy recortando y guardando márgenes. Ofrecen una fuente de blancos y ocres, óxidos... más o menos viejos... infinita. Es una maravilla».

Uno de los 'collages' de la muestra JB

La obra y su soporte

Bauzá lleva más de 700 collages creados a lo largo de su carrera, casi todos enmarcados: «He ido evolucionando en este tiempo hacia la pureza de las formas, las líneas y los volúmenes»», afirma.

Y sigue reivindicando esta técnica en la que bebe de la obra del artista dadá alemán Kurt Schwitters y que practicaron Picasso o Braque: «Forma parte de la historia de las primeras vanguardias. Actualmente tiene pocos adeptos, sobre todo en España, donde la obra en papel siempre está infravalorada frente a la pintura sobre lienzo. Es algo que no entiendo. Una obra de arte lo es independientemente del soporte».

El artista ha expuesto recientemente en las ferias Art Madrid y en la de Lille con la galería Luisa Pita de Santiago de Compostela y en Just Madrid con la madrileña Malvin Gallery. Y está preparando material para la feria Estampa de Madrid, a mediados de octubre. En todas ellas sigue mostrando sus ‘Geometrías cromáticas’, en especial los huecos con triedros, en los que lleva tiempo trabajando: «Visualmente producen el mismo efecto que los cubos, pero dan mucho juego con los colores y las formas», señala.

Bauzá se jubiló como ceramista en 2001 en ese centro artesanal de la cerámica que fue Sant Rafel, en el que ahora cierra también la tienda de Carlos Icardi tras el fallecimiento del artista. «Nunca más he metido las manos en el barro», confiesa, pero a sus 86 años sigue creando cada día: «No puedo parar», dice.

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