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Conciertos en Ibiza
Quique González Músico

Quique González: «No tenemos que tocar rápido ni llenar todos los espacios, a veces el silencio es mejor que una nota»

El artista toca esta noche junto a Toni Brunet en Ibiza en formato acústico, donde aprovechará para presentar su último disco, pero también para repasar su trayectoria

Quique González en una imagen promocional de su último disco, ‘Sur en el valle’. | JUAN PÉREZ-FAJARDO

Quique González concede esta entrevista mientras prepara en su habitación de hotel el repertorio para el concierto que ofrece esta tarde-noche en el Hotel Santos de Platja d’en Bossa, dentro del ciclo Dorado Live Shows. «Voy a incluir canciones de todos los discos -dice- desde el principio, como ‘Conserjes de noche’. El directo te da la oportunidad de recuperar viejas canciones, y hacerlas de otra forma si quieres. Sentir que están vivas».

La última vez que vino a Ibiza fue en 2016, en el festival Sueños de Libertad. Acababa de presentar ‘Me mata si me necesitas’. Solo han pasado seis años, pero han pasado tantas cosas que parece una eternidad...

Sí. Tengo la sensación de que vivimos en un mundo distinto que en ese momento. Que hubieran pasado muchos años. Por la pandemia, pero también porque nos hacemos mayores y tenemos una noción distinta de la realidad. Quizás me ha hecho ser menos optimista.

¿La pandemia le ha hecho menos optimista?

¿Y a quién no?. Nos ha mostrado a todos nuestra fragilidad. Nos ha enseñado que en un momento todo se puede ir al garete y ha hecho que el miedo se instale en muchos aspectos de la vida. En este tiempo he tenido una hija y es algo que por un lado me hace muy feliz, pero por otro me hace preguntarme sobre qué mundo les estamos dejando a nuestros hijos y qué hijos le dejaremos al mundo.

¿Ha sido de los que compuso compulsivamente durante el confinamiento o de los que se bloqueó?

Compulsivamente no. Pero sí que me dio tiempo a componer mi último disco, ‘Sur en el valle’. Los músicos tenemos la suerte de que las canciones ocupan mucho lugar en nuestra cabeza y eso en cierto modo nos sirve de evasión y para separarnos de la realidad. La música es un oficio, pero también es un pasatiempo.

Quizás por ello ‘Sur en el valle’ es su disco más hermético, más introspectivo... ¿No sé si lo ve así?

Creo que sí, que es el más introspectivo y también el más existencialista. En el que hay más preguntas que respuestas. Influyó hacerlo en aislamiento, sin estar rodeado por los músicos con los que comparto todo. Está claro que está escrito en un momento concreto y en un lugar concreto, sin movimiento.

En muchas de sus últimas canciones hay una lentitud buscada, como una forma de saborear las palabras y el sonido...

Me gusta recrearme en eso y puede que en este disco lo haya hecho un poco más. No me inquieta que haya temas lentos. Yo también soy más así ahora. Las canciones te indican el tempo que necesitan y saben más que yo de ellas mismas. No me da miedo hacer temas lentos porque están bien sostenidos y con una banda muy buena detrás.

He leído que les pedía a sus músicos que tocaran de forma perezosa...

[Ríe] Lo decíamos Toni (Brunet) y yo, que teníamos que sonar como viejos vagos. Como la banda de Dylan. Sin florituras pero con un peso increíble. Sin alardes. Sin tener que demostrar nada ni tocar rápido ni llenar todos los espacios. A veces el silencio es mejor que una nota.

Eso se nota en el sonido artesanal, casi orgánico, de las canciones.

Empleamos mucha madera. Grabamos todos a la vez, porque no me gusta grabar en pistas, prefiero la interacción con los músicos. A veces suena más imperfecto pero es más real. Prefiero que no sea demasiado pulcro, que tenga corazón, que arañe un poco. A veces suenan ruidos, un vaso que se cae, las respiraciones... pero es la sensación de estar vivo.

¿Cómo es el matrimonio artístico con Toni Brunet?

Empezamos juntos en el disco anterior, en ‘Las palabras vividas’, sobre poemas de Luis García Montero. Nos entendimos tocando juntos y eso nos llevó al siguiente disco, la confianza. Escucho sus producciones para otros artistas y me gusta su perspectiva y su visión con cada uno. Además otra visión puede enseñarte caminos en los que no habías reparado para una canción... Y, qué quieres que te diga, siempre es más divertido tocar con alguien.

¿Para cuándo un disco con Nina de Juan? (la cantante de Morgan, con la que ha colaborado en los dos últimos discos y con la que grabó el dueto country ‘Charo’).

Pues me gustaría decir que pronto. Lo pienso desde el día en que la conocí. Estuvimos tres años girando juntos y me aportó mucho, a mí, a la banda y a las canciones, porque escribe y canta genial. Pero Morgan se está haciendo muy grande, cosa que me alegra, y no sé si entre mis compromisos y los suyos encontraremos el momento. Hace falta mucho tiempo para hacer unas canciones y un disco... Pero la idea está ahí y si en algún momento se alinean los astros lo haremos.

Lleva trece discos publicados. ¿Es de los que escucha sus viejos discos o de los que los odia?

Conozco a poca gente a la que le guste escuchar sus viejos discos. A veces lo hago cuando estoy preparando el repertorio para una gira y pienso en una canción o en otra, pero no me gusta revolcarme en el pasado, prefiero mirar hacia adelante. Piensa que cuando haces un disco, entre la composición, los ensayos, la grabación, la gira... lo escuchas muchísimas veces, y cuando le das al botón de terminado se queda un vacío.

¿No le gustaría viajar en el tiempo y cambiar algunas cosas?

Evidentemente hay cosas que cambiaría, que me hubiera gustado hacer de forma diferente a como las hice en ese momento, pero el directo te da la oportunidad de mejorar algunas cosas, algún verso... darle una oportunidad de mejorar a las canciones.

El primer verso del primer single del último disco, ‘Puede que me mueva’, dice «Me gustaría intentar vivir al estilo mediterráneo». No me diga que después de emigrar de Madrid a Cantabria piensa ahora en migrar a las islas...

Siempre he dicho que mi sueño sería vivir en Menorca por temporadas. Me encanta el Mediterráneo. Llevo viviendo 17 años muy a gusto en Cantabria, pero en cuanto bajo al sur me doy cuenta de que también lo necesito. Tengo buenos amigos en Valencia y en las islas y me podría adaptar bien al medio, pero no sé qué les parecería a mi chica y a mi hija, ahora soy más marinero que patrón [risas].

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