Elecciones

El PP se vuelca en su último duelo contra el Gobierno antes de las catalanas

La de este miércoles será la única sesión de control antes de la cita electoral del 12 de mayo, crucial para la estabilidad del Ejecutivo. El PP prepara la artillería pesada a varias bandas buscando el desgaste: desde el caso Koldo, a la vuelta de Puigdemont

Alberto Núñez Feijóo se dirige a Pedro Sánchez en una sesión de control del Congreso.

Alberto Núñez Feijóo se dirige a Pedro Sánchez en una sesión de control del Congreso. / José Luis Roca

Paloma Esteban

Paloma Esteban

Solo habrá una sesión de control al Gobierno antes de las elecciones catalanas y será este miércoles. Apenas tres días después de las elecciones vascas -que, con seguridad, también saldrán a colación- y justo antes de comenzar la campaña de la siguiente cita con las urnas, la del 12 de mayo, en la que la estabilidad de la legislatura volverá a estar en juego. El PP se empleará a fondo en un nuevo intento de acorralar al Ejecutivo por distintos frentes -desde el caso Koldo, ya con la comisión de investigación en el Senado funcionando a pleno rendimiento, hasta las alianzas de Pedro Sánchez con los independentistas y la futura gobernabilidad en Cataluña- consciente de que no habrá otra oportunidad hasta casi finales de mayo.

Los conservadores se quejan de que la Cámara Baja “eche el cierre” a pesar de que las primeras semanas de cada mes no hay pleno, como tampoco en las que se celebran unas elecciones autonómicas. La tercera semana de mayo coincide con un festivo en Madrid. El PP insiste en que su propuesta a la Mesa que dirige Francina Armengol ha sido la de encontrar una fórmula para recuperar los plenos y el reproche que repiten es que Sánchez “quiere evitar el control de la oposición” a toda costa.

La realidad es que solo habrá un duelo directo antes de las elecciones catalanas, así que en el grupo popular reconocen que este miércoles “sacarán la artillería pesada” para intentar poner contra las cuerdas a Sánchez. El presidente del Gobierno, sin embargo, llega en un momento más cómodo que en anteriores ocasiones, después de unas elecciones en Euskadi donde su partido ha crecido dos escaños y volverá a reeditar una coalición de gobierno con el PNV sin tener que haber mirado siquiera a Bildu. Todo ello a pesar de que la izquierda abertzale consiguió empatar a 27 escaños con los nacionalistas vascos.

Al enfrentamiento parlamentario entre Sánchez y Feijóo le seguirá el interrogatorio de la plana mayor del PP al Consejo de Ministros, con preguntas por distintos flancos: las polémicas declaraciones de Bildu en la campaña electoral negándose hablar de ETA como una banda terrorista y la afirmación del presidente del Gobierno de que mantendrá su acuerdo, el regreso de Carles Puigdemont, la trama Koldo y su investigación en la Audiencia Nacional o los índices de criminalidad en Cataluña entrando de lleno en la campaña.

Por la tarde, precisamente, el PP ha citado a declarar al exministro de Sanidad y candidato a la Generalitat, Salvador Illa, en la comisión del caso Koldo en la Cámara Alta. Illa ya fue interrogado este lunes en el Congreso, protagonizando un duro enfrentamiento con los partidos independentistas. Tanto ERC como Junts confrontaron duramente en clave electoral. Como adelantó El Periódico de España, del mismo grupo editorial, la fecha para la intervención de Illa se pensó en Génova a conciencia para hacerla coincidir con el arranque de la campaña, convencidos de que podía causarle desgaste. 

Todas las encuestas, sin embargo, apuntan a una holgada victoria del PSC el 12 de mayo. De entrada podría ser un nuevo balón de oxígeno para Sánchez, pero lo complicado será tejer acuerdos después para la gobernabilidad de la comunidad autónoma. Para el PP la prueba catalana también tiene mucha importancia. Después de que en las elecciones vascas crecieran un diputado, pero sin lograr ‘comerse’ el escaño que tenía Vox y que retuvo, la presión ha crecido sobre Génova.

Aunque en términos cuantitativos hacerse con ese escaño en Euskadi no cambiaba tanto las cosas, para el PP tenía mucho simbolismo. La operación de ir consumiendo el espacio electoral de Vox lleva en marcha muchos meses. Los ultra no consiguieron entrar en Galicia (nunca lo han hecho) y el plan era que desaparecieran también en el País Vasco. En Cataluña el partido de Santiago Abascal tiene un suelo más consolidado y será difícil romperlo. De ahí que los conservadores hayan encendido las alarmas y exijan una movilización total para catalanas y, después, europeas, de toda la formación.