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Cáncer de mama

Dra. Sara Cristina González González

Dra. Sara Cristina González González, especialista del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario La Luz

¿Cuál ha sido la evolución de la incidencia en los últimos años?

En el año 2022 se diagnosticaron 34.750 casos de cáncer de mama, un 23% de los mismos en mujeres menores de 50 años. Se trata, en la actualidad, el cáncer más frecuente en mujeres y la primera causa de muerte por cáncer en mujeres. Según los datos de REDECAN (Red Española de Registros de Cáncer), la tasa de incidencia ajustada por edad ha mantenido un crecimiento anual de un 0,9% desde el año 2002 hasta el 2020, la mayoría a expensas de diagnósticos en estadios tempranos gracias a los programas de cribado poblacional.

Por otro lado, mientras la incidencia de casos tiende a subir cada año, la mortalidad cada vez es menor, la tasa de mortalidad disminuye a un ritmo de 1,4% anual, debido a la combinación de la mejora de los programas de cribado que favorecen el diagnóstico en etapas tempranas de la enfermedad y de la implementación de tratamientos nuevos en los estadios precoces como la inmunoterapia en el cáncer de mama triple negativo o el inhibidor de ciclinas en los tumores hormonales de alto riesgo que nos han aportado mayores ratios de supervivencia.

¿Se ha producido algún cambio en el perfil del paciente? ¿A qué cree que se deben estos cambios?

La tasa de nuevos diagnósticos de cáncer de mama en mujeres menores de 40 años ronda entre el 4-7% del total anual de cáncer de mama. Existen estudios que apuntan a una discreta tendencia al aumento de incidencia de cáncer de mama en este grupo de edad en los últimos años, sobre todo en mujeres de étnica afroamericana, si bien la tendencia al alza en este grupo de edad es discreta y en líneas generales se mantiene la proporción por grupos etarios de forma similar. Se están llevando a cabo nuevos estudios poblacionales en los que es posible que debido a los cambios en estilo de vida (peor alimentación, sedentarismo y aumento de consumo de tóxicos, junto con la disminución de la tasa de natalidad y embarazos) podamos confirmar esta tendencia, pero de momento debemos hablar de forma hipotética.

¿Cuáles son los factores que intervienen en su aparición?

Los factores más establecidos y bien conocidos son todos aquellos que hacen referencia al haber estado expuesta a mayor estímulo estrogénico/hormonal femenino como por ejemplo haber tenido la primera menstruación a edad temprana (por debajo de los 11-12 años), y la menopausia tardía, el tratamiento con terapia hormonal sustitutiva durante la menopausia, no haber tenido embarazos o una edad de primer embarazo tardía (>35 años) por los cambios que este proceso induce en la glándula mamaria. Se habla también de un discreto aumento del riesgo de la mujer durante el embarazo que solo tendría impacto en mujeres que han tenido más de tres o cuatro hijos. El embarazo, según los últimos estudios, no aumenta el riesgo de recaer en mujeres que se han curado tras un tumor en estadio precoz, incluso en mujeres portadoras de la mutación BRCA1 o BRCA2.

Otros factores como la exposición a disruptores endocrinos como los parabenos (muy presentes en la contaminación de las grandes ciudades) o ftalatos presentes en los cosméticos están siendo investigados y poco a poco confirmados como fuentes de riesgo.

En cuanto al sobrepeso, se asocia con aumento del riesgo de cáncer de mama claramente en mujeres que ya han atravesado la menopausia y es dudoso este aumento en mujeres premenopáusicas.

El alcohol, el elevado consumo de alimentos procesados y el sedentarismo también son factores que influyen muy negativamente en el riesgo de desarrollar tanto cáncer de mama como otros tipos de cáncer.

¿Cuáles son las primeras señales a las que hay que prestar atención?

Una de las desventajas de este tipo de tumores es que muchas veces son totalmente asintomáticos. Es recomendable la autoexploración de la mama de forma regular fuera del periodo de la menstruación 1-2 veces al mes y si notamos cambios, debemos consultar al ginecólogo.

Sin embargo la autoexploración no debe sustituir nunca a la mamografía anual de cribado puesto que existen una gran mayoría de tumores de difícil palpación o identificación mediante la autoexploración.

Por tanto, el mejor consejo es no saltarse nunca una revisión ni una mamografía.

¿Por qué es crucial el diagnóstico precoz?

Porque nos asegura diagnosticar la enfermedad en un momento en el que aún la podemos curar en un elevado porcentaje de casos.

¿Qué ha cambiado, en las últimas décadas, para una paciente diagnosticada de cáncer de mama? ¿Cuáles han sido los últimos avances más significativos?

Desde el punto de vista del oncólogo médico ha habido una mejora significativa con nuevos tratamientos más eficaces, si bien sobre todo en la enfermedad avanzada, también en estadios tempranos como por ejemplo la inmunoterapia en los tumores triples negativos, la aparición del Pertuzumab ya hace unos años para la enfermedad HER2 positiva, la llegada de los inhibidores de CDK4/6 (Abemaciclib, Ribociclib y Palbociclib) en la enfermedad hormonal y los anticuerpos inmunoconjugados que han revolucionado el panorama en la enfermedad avanzada, con unas tasas de respuesta bastante superiores a los tratamientos tradicionales (Trastuzumab-Deruxtecan, Sacituzumab-Govitecan y otros que están en camino y se están ya utilizando en ensayos clínicos como por ejemplo el Datopotamab-Deruxtecan).

¿Cómo ha cambiado el diagnóstico y los tratamientos del cáncer de mama?

El diagnóstico cada vez es más preciso y se le va a dar paulatinamente cada vez más importancia a las firmas genéticas tumorales de forma que podamos seleccionar los tratamientos más efectivos para cada tumor. La capacidad de individualizar el tratamiento para cada paciente es lo que nos lleva a mayores éxitos terapéuticos y eso nos lo van a proporcionar análisis como las plataformas genéticas como por ejemplo Oncotype, HER2DX, PAM50 que actualmente no podemos realizar en todos los casos pero que es probable que en un futuro (esperemos que no muy lejano) estén al alcance de todos.

En estos momentos ¿cuál es la tasa de supervivencia?

Del global del cáncer de mama en torno a un 86%. En cuanto a las pacientes con enfermedad avanzada se estima una supervivencia aproximada a los 5 años en torno a un 35%, y de las pacientes en el estadio I (el más precoz) puede llegar hasta el 97%, si bien cada caso es único y cada persona navega en la estadística de forma individual.

¿Queda mucho por saber sobre esta enfermedad? ¿Cuáles son las principales asignaturas pendientes?

Sí, queda muchísimo. Actualmente existen numerosas líneas de investigación abiertas que van sobre todo en relación a la sensibilidad de cada tipo de tumor a los nuevos tratamientos para poder seleccionar bien el plan terapéutico, también se están investigando los mecanismos de resistencia de las células tumorales a los fármacos (tanto tratamientos dirigidos como inmunoterapia) para poderlos sortear y sobre todo, secuenciarlos de la manera más óptima para ganar calidad de vida y supervivencia.

También se está buscando llevar los fármacos que han sido exitosos en la enfermedad avanzada al escenario del tratamiento de la enfermedad precoz para que las pacientes aumenten sus probabilidades de curación.

Y por último implementar el ejercicio físico y encajarlo como parte cuasi obligatoria para las pacientes de forma que para la enfermedad localizada reduzca el riesgo de recaer y para la enfermedad metastásica aumente la sensibilidad al tratamiento y la tolerancia con mayor ganancia de supervivencia y calidad de vida.