Vivienda

Instalado un segundo módulo para infravivienda en Can Negre

El primer contenedor, con dos inquilinas, se habilitó hace tres semanas en un solar privado n Los vecinos alertan de que la situación va a más

Las dos infraviviendas instaladas en el solar situado en Can Negre. | D.V.

Las dos infraviviendas instaladas en el solar situado en Can Negre. | D.V.

David Ventura

David Ventura

Las peores previsiones se están cumpliendo. Después de que apareciera un contenedor prefabricado habilitado como infravivienda en el solar situado entre los números 11 y 13 de la calle Tajo, en Can Negre, la preocupación de los vecinos era que esta situación fuera a más. Ahora se confirman estos temores: un segundo módulo de idénticas características (2,5 metros de ancho por seis de largo) ha sido instalado junto al primero. Este otro contenedor también se usa como infravivienda.

El primer módulo fue instalado en esta parcela el pasado 15 de mayo y, una semana más tarde, ya estaba habitado por dos inquilinas. En este caso, según informan los vecinos, el segundo contenedor apareció el día 5 de junio y, al día siguiente, ya había tres personas viviendo en su interior. Ninguno de los dos módulos cuenta con instalación eléctrica, lavabo, ni agua corriente. De hecho, justo detrás de estos módulos se ha instalado una cabina de aseo portátil destinada, se supone, a los nuevos residentes.

La semana pasada, Diario de Ibiza pudo hablar con una de las inquilinas, quien explicó que llevaba pocos días viviendo en la isla, que procedían de Zaragoza y que "una mujer" les había "alquilado" esa infravivienda. En esta segunda ocasión, haciendo uso de su derecho a la intimidad, no han querido atender a este diario.

"Son una pobre gente que no tiene donde vivir, es una pena", comenta Lola, una vecina jubilada que vive en un edificio colindante con el solar y que puede ver los dos módulos desde la terraza de su casa: "Es gente tranquila, que no da ningún problema". Para Lola, su principal preocupación es la suciedad que acumula el terreno: "Está todo lleno de porquería. Durante un año tuvimos montañas de colchones acumulados. Todavía hemos tenido suerte de que no ha habido ningún incendio".

"Es una vergüenza que cobren dinero a la gente por vivir aquí", señala otra vecina que prefiere mantenerse en el anonimato y que fue la primera que denunció esta situación. Su temor es que esta situación sea solo el comienzo: "Primero uno, luego dos, y si no se le pone freno, esto seguirá creciendo".

Pone como ejemplo la situación del asentamiento de Can Rova, situado justo enfrente de su casa, al otro lado de la carretera que une Eivissa con Sant Antoni: "En estos últimos años, desde el tejado de casa, podía ver cómo ese campamento iba aumentando de tamaño sin parar hasta que se ha convertido en algo incontrolable". Ella no tiene dudas de que esta situación se puede producir también en Can Negre.

Esta vecina también lamenta la lentitud de la Administración para atajar esta problemática y recuerda que el pasado 21 de mayo envió una queja a la Línea Verde del Ayuntamiento de Santa Eulària: "Las administraciones deberían colaborar más. Los vecinos solo queremos lo mejor para Can Negre, y creemos que nos deberían defender".

Un portavoz del Ayuntamiento de Santa Eulària confirmó que la queja se ha recibido y que se ha trasladado al departamento de Infracciones para que "pueda iniciar la investigación y hacer los trámites necesarios".n

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