Agricultura

Cooperativas agrarias: «Hay agricultoras, pero parece que les da miedo ser visibles»

El Consell de Eivissa acoge una jornada sobre liderazgo y compromiso de la mujer en el sector primario cooperativista

Isaac Vaquer

Isaac Vaquer

En el sector agrario, con un porcentaje de mujeres profesionales bajo (al menos sobre el papel) y con una media de edad a nivel nacional cercana a la jubilación, Esther Burgui es un soplo de aire fresco.

La presidenta de la Unión de Cooperativas Agroalimentarias de Navarra (UCAN) no venía del mundo del campo. Su padre era mecánico, su madre no tenía nada que ver con la agricultura. Estudió Ciencias Empresariales y Económicas y entró a trabajar en la banca. Su rendimiento era bueno, le ofrecieron un contrato indefinido, pero a ella le tiraba el campo. «Desde adolescente, en verano, en lugar de irme a la piscina me iba a ayudar a mi tío en su explotación de cereal», explicaba ayer en la jornada ‘Mujeres de Cooperativas comprometidas con la innovación en el sector cooperativo agrario: liderazgo y compromiso’.

En poco tiempo tomó la decisión de dedicarse a lo que le gustaba y dejó la silla del banco de 8 a 15 horas por el sillón del tractor en jornadas maratonianas.

Su experiencia sirvió de apertura para esta jornada, organizada por la Asociación de Mujeres de Cooperativas Agroalimentarias de España con la colaboración de Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Como agricultora profesional, se tuvo que arremangar desde el principio para participar en el consejo rector de la cooperativa en la que estaba. Al año empezó como vocal. El presidente de la cooperativa la llamó para pedirle que se presentara al cargo, de ahí pasó a ser secretaria y no pasó un año cuando desde UCAN la llamaron para que entrase en su Consejo Rector. «Se me nubló la vista porque no me veía preparada, venía de una cooperativa pequeña y creía que no tenía suficiente experiencia», relató. Pero, a pesar de todo, aceptó el reto y ahora, con 34 años, es la presidenta desde el año pasado.

Una trayectoria de trabajo y compromiso. Además de dirigir su explotación se debe encargar de sus deberes como presidenta. Pero para ella «no es perder el tiempo, es invertirlo», como comentó en el turno de preguntas.

Pero, a pesar del cambio en la percepción de los roles de género, todavía reconoce que es difícil integrar a las mujeres en los órganos directivos. «No sé si es miedo a dar el paso y ser visibles, porque agricultoras haberlas las hay», lamentaba ayer, «no sé qué estamos haciendo mal».

Más mujeres por ley

A la ponencia de Burgui le siguió una mesa redonda con representantes de cooperativas sobre la nueva Ley de sociedades cooperativas de Balears. La norma fija que los consejos rectores deben tener un reparto de mujeres y hombres que se corresponda con su base social. La medida debe implementarse antes de abril de 2025 y está resultando complicado.

El problema principal, según la experiencia de los ponentes: la negativa de las mujeres a formar parte de estos organismos. Detrás de ello los factores son muchos. A lo que se suma que la representación femenina en las cooperativas de Ibiza es elevado respecto a la media balear. Frente al 10% de mujeres en las cooperativas de la Comunitat Autònoma, en Ibiza se oscila entre el 15% y el 30% o incluso más del 50% en el caso de la cooperativa Ecofeixes.

«Yo creo que hay muchas mujeres que piensan que entran en un mundo de hombres y que no tendrán las mismas oportunidades de que les escuchen», señaló Neus Soldat, de la cooperativa de Sant Antoni. Además, indicó que sigue habiendo muchas mujeres que están en un segundo plano a pesar de trabajar tanto como sus maridos, «el que está al frente de la explotación suele ser el hombre y no ven que pinten nada allí».

Mesa redonda entre representantes de cooperativas agrarias de Balears

Mesa redonda entre representantes de cooperativas agrarias de Balears / Toni Escobar

La gerente de la Cooperativa Pagesa de Inca, Vanessa González, señaló también la falta de tiempo. La conciliación familiar parece que sigue siendo un tema al que la mujer presta más atención que el hombre. «Además, creo que piensan que es más difícil de lo que es. Es cierto que requiere unas obligaciones y una dedicación, pero creo que están más que capacitadas».

«Estamos y por supuesto que somos capaces, pero hay que buscarle el gustillo a salir del escondite», señaló Soraya Bosch, de la Cooperativa Sant Bartomeu de Ferreries. También el «miedo a dar ideas» en organizaciones que muchas veces llevan muchos años haciendo siempre lo mismo.

¿Cómo cambiar esta dinámica? «Es necesario que el porcentaje de mujeres en la agricultura sea mayor», señaló el presidente de Agroeivissa, Iván Colomar, «pero si la conciliación no mejora dudo que muchas mujeres den el paso para integrarse en los consejos rectores», advirtió.

«Tendremos que hacer una rifa y a la que le toque le ha tocado», explicó María Antonia Ferrer que le dijo al gerente de la Cooperativa de Santa Eulària.

El director insular de Medio Rural y Marino, Joan Marí, puso sobre la mesa un tema importante durante el debate, la necesidad de ser conscientes de que participar de las decisiones de la cooperativa es una inversión y no una carga. «Nuestras madres y abuelas en las casas payesas quizás pasaban desapercibidas, pero los maridos no se atrevían a hacer nada sin consultárselo», señaló.

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