El gazpacho de Lorca y el potaje de Pérez Galdós en un menú literario en Ibiza

Los alumnos de la FP Básica de cocina del instituto Isidor Macabich servirán hoy, Día del Libro, platos inspirados en algunos grandes títulos de la literatura universal en los que llevan tiempo trabajando

Los alumnos de la FP Básica de Isidor Macabich que participan en el proyecto

Los alumnos de la FP Básica de Isidor Macabich que participan en el proyecto / Isidor Macabich

Marta Torres Molina

Marta Torres Molina

Leer, cocinar, aprender, disfrutar. Son las bases del proyecto en el que llevan tiempo trabajando los alumnos de la FP Básica de Cocina del instituto Isidor Macabich. Un proyecto que vive hoy su gran día. A mediodía, coincidiendo con la diada de Sant Jordi, los estudiantes servirán para un grupo de unas 25 personas su ‘Menú literari’. «Están emocionados», comenta Victoria Zafrilla, tutora del curso, lectora voraz e impulsora de la iniciativa. «Al alumnado le cuesta mucho leer. No encuentran alicientes en la literatura», comenta antes de recordar los bajos índices de lectura que se registran en España. Lo mismo les ocurre a sus alumnos, explica la profesora, que destaca que la FP Básica la cursan adolescentes que tienen muy claro que no quieren seguir estudiando y a los que, como no puedan abandonar los estudios, se envía a esta FP en la que reciben formación básica sobre cocina.

Trabajar en los fogones y, al mismo tiempo, animarles a descubrir algunos de los grandes clásicos de la literatura es el objetivo que se marcó Zafrilla al impulsar el proyecto, que ha azuzado la imaginación y el paladar de los estudiantes para componer el servicio.

Quienes asistan hoy a comer al centro disfrutarán de un menú compuesto por seis platos y dos postres: ceviche de hortalizas y frutas tropicales inspirado en 'El amor en los tiempos del cólera' (Gabriel García Márquez), ensaladilla rusa ('La sombra del viento', de Carlos Ruiz Zafón), gazpacho ('Oda al gazpacho', de Federico García Lorca), coca de gerret en homenaje a Isidor Macabich y Carles Vicens, potaje marinero ( 'Fortunata y Jacinta', de Benito Pérez Galdós), guiso de cordero con salsa de ciruelas ('Don Quijote de la Mancha', Miguel de Cervantes), flan de nata ('Charlie y la fábrica de chocolate', Roald Dahl) y queso curado de oveja y fruos secos ('El señor de los anillos', de J. R. R. Tolkien).

«Todos los platos están incluidos en libros, los hemos escogido minuciosamente y los alumnos los han estudiado, aunque todos ellos se han adaptado a sus conocimientos», explica la profesora. La bebida también será literaria: Agua clara, de ‘El principito’, de Antoine de Saint-Exupéry, una selección de té basada en ‘Las aventuras de Sherlock Holmes’, de Arthur Conan Doyle, nada menos que la poción multijugos que tanto juego dio en varias de las entregas de la saga de Harry Potter, de J. K. Rowling.

Manteles con mensaje y una dulce sorpresa

Durante el proceso de composición del menú, además de ir ajustando las recetas, los alumnos visitaron la biblioteca y leyeron algunos de los capítulos de los libros seleccionados. «Alguno se lo han leído completo», comenta la profesora, a quien este proyecto ha llevado su pasado en Albacete, cuando, muy jovencita, leyó el Quijote, por capítulos, durante un año en una iniciativa en la que a cada capítulo acompañaba una comida. Además de leer y cocinar, los estudiantes han preparado material complementario. Han impreso el menú detallado en un punto de libro que se podrán llevar los comensales como recuerdo. Y, además, han diseñado unos manteles individuales para sus comensales, en los que podrán leer algunas frases extraídas de los libros que homenajean en su degustación. La idea es, explica Zafrilla, que mientras esperan la comida, puedan comentarlas y dar pie a la conversación. «Caminant no hi ha camí, es fa camí en caminar» o «El que llegeix molt i camina molt, veu molt i sap molt», se lee a Machado y Cervantes en dos de los manteles. Hasta 30 diferentes han preparado los 16 alumnos del curso. «No hay ninguno igual», explica la profesora, que detalla que, además, está previsto que, a través de un código QR los comensales, que se marcharán de la comida con una dulce y deliciosa sorpresa, puedan acceder a toda la información sobre los platos, los libros y el proyecto. Podrán ver, incluso, a los aprendices de chef preparando las recetas que degustarán hoy.

A falta del momento de la verdad, todos están encantados. Desde los alumnos a los docentes pasando por el equipo directivo. «Todos los estudiantes han sido fantásticos», comenta la tutora, que hace hincapié en que esta experiencia no hubiera sido posible sin el apoyo del equipo directivo y del orientador.

Suscríbete para seguir leyendo