La nueva depuradora de Ibiza sufre otro retraso y no se entregará hasta agosto

La previsión inicial del Ministerio era que la planta estuviera a pleno rendimiento entre junio y julio, una vez gestionada por el Govern balear

Imagen de una visita de obras a la depuradora de sa Coma el pasado mes de diciembre. | TONI ESCOBAR

Imagen de una visita de obras a la depuradora de sa Coma el pasado mes de diciembre. | TONI ESCOBAR / Josep Àngel Costa. eivissa

Josep Àngel Costa

Josep Àngel Costa

El Ministerio de Transición Ecológica inició la semana pasada, de manera satisfactoria, las primeras pruebas en la nueva depuradora de sa Coma, que debe sustituir a la obsoleta estación de aguas residuales de Vila. No obstante, esta fase de preparativos se va a demorar más tiempo del previsto inicialmente y la infraestructura no se entregará hasta el próximo mes de agosto al Govern, cuando ya podrá entrar a pleno rendimiento.

Así lo indicó ayer un portavoz del ministerio a este diario, aunque no precisó los motivos de esta nueva demora que sufre la planta depuradora. Sí que precisó que, en estas primeras pruebas verificaciones, los técnicos han llevado a cabo pruebas de bombeo y de impulsión, para asegurarse de que las aguas llegaban hasta la estación sin problemas.

Una vez finalizado el periodo de pruebas, la depuradora pasará a depender del Govern balear a través de Abaqua

En estos momentos, los técnicos evalúan el pretratamiento de las aguas residuales, añadió este portavoz. El Estado ha asumido la construcción de esta depuradora, aunque su gestión se traspasará a la Administración autonómica, a través de la empresa pública Abaqua, una vez que finalice esta fase de preparación.

Exceso de salinidad

Recientemente, la conselleria del Mar y del Ciclo del Agua del Govern advirtió que el 20% de las aguas residuales de Vila tiene demasiada salinidad para que sean tratadas en la nueva depuradora. Como se desconoce de donde proceden estos caudales con exceso de sal, los técnicos deberán hallar primero sus focos para corregir el problema. Mientras tanto, toda esta agua que no cumple con los parámetros seguirá tratándose en la vieja planta.

Esta infraestructura se plantea desde finales del siglo pasado, cuando ya se reclamaba con carácter de urgencia

La nueva estación de Vila en sa Coma podrá tratar a pleno rendimiento un caudal de 25.000 metros cúbicos diarios. Esta cifra equivale a las aguas residuales que genera una población de 187.000 personas. Su puesta en funcionamiento también acabará con los altos problemas de contaminación de la planta actual de la ciudad, completamente obsoleta, que causa el 99% de las aguas residuales sin tratar que llegan al mar en la isla.

Cabe tener en cuenta que esta infraestructura se plantea desde finales del siglo pasado, cuando ya se reclamaba con carácter de urgencia. Las obras de la nueva planta no empezaron hasta finales de 2017, pero se suspendieron dos años después porque el trazado de las canalizaciones fue rechazado por el Gobierno. Una vez reiniciados los trabajos, volvieron a paralizarse por los hallazgos arqueológicos.

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