El yacimiento de Ibiza que sobrevivió a las obras de las autovías sigue sin acceso y sepultado por la maleza

El Consell de Ibiza reconoce que el departamento de Patrimonio tiene que hacer un proyecto para acceder al hipocausto romano situado al sur del hipódromo de Sant Jordi, pero 17 años después aún hay «otras prioridades»

El hipocausto, al sur del hipódromo de Sant Jordi, es inacesible por una valla y se halla sepultado por la maleza.

El hipocausto, al sur del hipódromo de Sant Jordi, es inacesible por una valla y se halla sepultado por la maleza. / D. I.

Eugenio Rodríguez Martos

Eugenio Rodríguez Martos

En medio de la polémica por la sucesiva destrucción de yacimientos arqueológicos durante las obras de las autovías, en junio de 2006, la ponencia técnica de Patrimonio decidía conservar in situ un hipocausto situado entre el hipódromo de Sant Jordi y la autovía. Se trata de una cámara subterránea que, en época romana, se utilizaba para calentar las habitaciones o las bañeras de una villa.

El exconseller de Patrimonio del PP Joan Marí Tur muestra en 2007 el hipocausto. | VICENT MARÍ

El exconseller de Patrimonio del PP Joan Marí Tur muestra en 2007 el hipocausto. / VICENT MARÍ

El hipocausto de Can Servent, que se remonta al siglo I d.C., fue protegido con la figura de Bien Catalogado (BC). Al ser entonces la primera estructura de este tipo desenterrada en la isla, tenía un valor que obligó a conservarlo en su emplazamiento.

Algo más de diez años después, en diciembre de 2016, el jefe de servicio del departamento de Patrimonio del Consell, Joan Ramon, recordaba en el Parlament, en la comisión de investigación de las autopistas, que se puso una valla de protección en el perímetro del hipocausto para su preservación y que estaba «pendiente un acuerdo con Carreteras» para habilitar «un camino» para que se pudiera «ir a visitar». Entonces, Ramon decía que, en el momento que se descubrió, era «un hallazgo excepcional... a diferencia de otros», según recoge el diario de sesiones de la comisión de investigación, en referencia, se entiende, a otros yacimientos que fueron arrasados por las excavadoras.

Unos años después, en 2011, se desenterró otro hipocausto de una villa romana, «mejor» que el de Can Servent, según el técnico de Patrimonio del Consell, en el solar del antiguo aparcamiento de la calle Murcia de Vila donde se construyó el nuevo colegio de sa Bodega y que también se conservó.

Ocultado por la maleza

Más de 17 años después del momento en que se anunció la preservación del yacimiento de Can Servent, este todavía no se puede visitar. Una valla impide el paso hasta el hipocausto y, desde la distancia, ni se puede leer el cartel que informa sobre el valor histórico del yacimiento. A través de la calle Avisador, se desemboca en un camino de tierra, que, por el sur del hipódromo, llega hasta la valla del perímetro de la autovía, que, como se aprecia en la imagen de abajo, está separada del yacimiento arqueológico unos cuantos metros.

La valla de seguridad impide el paso hacia el yacimiento.

Una valla impide el paso hacia el yacimiento. / D. I.

Un portavoz del Consell explica que el departamento de Patrimonio tiene que diseñar un proyecto para facilitar el acceso del público hasta el hipocausto, pero, a pesar de los años que han pasado ya, está a la cola, por detrás de otras «prioridades», como la museización del yacimiento púnico de sa Caleta o de los restos arqueológicos que se descubrieron y conservaron en el solar del Mercadona de Puig d’en Valls o la restauración de la torre de sa Blanca Dona.

El Consell aseguraba en 2011 que la mejora del acceso al yacimiento dependía de la conselleria balear de Obras Públicas, pero ésta lo descartaba, al tiempo que señalaba que, en un principio, se preveía que sólo pudieran visitarlo «arqueólogos o profesionales» y no el público en general.

Asimismo, desde la valla del perímetro de la autovía no se puede ver el yacimiento, pero no por la distancia, sino porque está sepultado por vegetación. Sólo se observa un rectángulo delimitado por una verja de hierro forjado invadido por la maleza y, en la cabecera, un cartel que, desde la valla de la autovía, no se puede leer. El Consell no ha informado a este diario sobre cuándo fue la última vez que se retiraron las hierbas del hipocausto. Hace años, la máxima institución insular indicaba que se hacía una vez al año después del período de lluvias.

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