Estafan a una joven con el alquiler de una habitación en Ibiza que era de otro propietario

El presunto autor del delito acumula alrededor de 18 denuncias por estafas del mismo tipo en otras ciudades españolas, según informa la Guardia Civil

La auténtica propietaria de la vivienda se encontró en la puerta a los padres de la joven diciendo que habían alquilado una habitación

El cuartel de la Guardia Civil de Can Sifre, en Sant Josep, en una imagen de archivo. | VICENT MARÍ

El cuartel de la Guardia Civil de Can Sifre, en Sant Josep, en una imagen de archivo. | VICENT MARÍ / Ángela Torres. Ibiza

Ángela Torres Riera

Ángela Torres Riera

«Nos han estafado a todos», lamenta Conchi Navarro, madre de Marta Romero, una trabajadora de 24 años destinada a Ibiza a partir de primavera por la aerolínea en la que empezará a trabajar.

La familia se ha convertido en víctima de una estafa por parte de una persona que acumula, por lo menos, ocho denuncias por cometer el mismo tipo de delito de contratos falsos de alquiler, según informa la Guardia Civil. En Ibiza y también en otros puntos de España.

Los padres de Marta se sorprendieron cuando el jueves, después de trasladarse desde Valencia hasta la isla con la intención de visitar una vivienda por la que habían dado un adelanto y cuyo contrato habían firmado con el arrendatario, se toparon con la auténtica propietaria del domicilio, que está en Sant Jordi.

El matrimonio reservó los billetes de avión a Ibiza con el propósito de ayudar a su hija a buscar una vivienda después de que la aerolínea le informara de que estaría destinada a la isla. Desde ese momento Marta, junto al resto de sus compañeros, empezó la complicada misión de encontrar una habitación o vivienda por un precio asequible.

«Se fueron dando cuenta de que era prácticamente imposible encontrar un sitio que estuviera bien de precio, cerca del aeropuerto y todos juntos, así que se disgregaron para continuar con la búsqueda pero en dos grupos hasta que finalmente se decidieron a ir todos por libre», relata la madre. La trabajadora se metió en un grupo de Telegram para buscar habitación y el supuesto propietario de una vivienda en la que estaba interesada le propuso seguir hablando por WhatsApp.

En esa conversación, el estafador le informó del precio de la habitación: 500 euros mensuales. «También le dio a entender que él vivía en esa propiedad», añade la madre, «y que en la planta de arriba había otra chica que trabaja en un restaurante». Además, le especificaba que el alquiler era «exclusivamente para trabajadores» y le mandó fotografías de la vivienda por dentro que eran de otro piso.

«Mucha suerte»

Cuando ella se mostró interesada en la habitación y le dijo que quería visitarla, el presunto propietario le respondió que estaba ocupada hasta el 1 de abril y que entonces empezaría a agendar las visitas.

Pero ante el interés de la joven y después de una conversación distendida entre ambos, finalmente llegaron a un acuerdo. Después del mismo, la interesada incluso le llegó a expresar que «había tenido mucha suerte encontrándole», en referencia a los abusos de otras ofertas de alquiler.

«Al principió nos denegó todos los tipos de pago para reservarla: por transferencia, por Bizum... y cuando le dijimos que teníamos cuenta en la Caixa, ya cedió y nos ofreció hacerle el ingreso (de 250 euros) mediante un sistema (‘reintegro de dinero sin tarjeta’) que desconocíamos», continúa relatando Conchi: «Tú le envías a la otra persona un código y puede sacar directamente dinero del cajero con esa autorización», especifica. Y así lo hicieron. Formalizaron el pago y el supuesto propietario les remitió un contrato de arrendamiento que a pesar de estar «plagado de errores» era un contrato al uso. La familia corrigió los errores y se lo reenvió al supuesto propietario y ambas partes firmaron junto a una copia de los carnets de identidad de cada uno («por supuesto, falso», añade ahora la madre).

También les envió un recibo en concepto de ‘mitad de fianza y reserva’ por el pago. «Se equivocó y nos envió dos, otro con el nombre de otra chica, también en concepto de una fianza de una habitación», continúa detallando una de las estafadas. En el caso de la otra inquilina, había pagado 200 euros por un concepto similar.

La trabajadora continuó en contacto con su futuro casero cuando sus padres, que tenían los billetes de avión para ayudarla a buscar vivienda en la isla desde hacía diez días, viajaron hasta Ibiza para ver el alojamiento. El estafador les llegó a preguntar qué tal les había ido el viaje y ofreció al matrimonio llevarles desde el aeropuerto hasta el domicilio.

Aunque cuando aterrizaron en es Codolar e intentaron contactar con él, no hubo manera. Por lo que se desplazaron en el coche de alquiler hasta la dirección que les había facilitado en Sant Jordi y esperaron mientras intentaban llamarle sin que diera más señales de vida. Cuando la trabajadora le preguntó por qué no respondía, él contestó molesto que estaba «trabajando y muy ocupado».

Vivienda fuera del mercado

El matrimonio, tras horas esperando frente al domicilio, decidió tocar el timbre a uno de los vecinos que les dijo que todo le «olía muy raro» dado que su vecina, que vive en la dirección de la habitación supuestamente arrendada, era la propietaria de la vivienda y no la alquilaba a nadie.

Vicente y Conchi comprobaron esta versión cuando apareció, a los cinco minutos, la dueña de la casa, que tras escuchar su historia les aconsejó ir al cuartel de la Guardia Civil a denunciar la estafa, ya que ella no alquilaba la vivienda y no tenía nada que ver en esto.

En el cuartel, los agentes les informaron de que el supuesto arrendador (que va variando sus apellidos en la falsificación de documentos) cuenta, en los últimos dos meses, con al menos 18 denuncias por el mismo tipo de estafa de contratos falsos de alquiler. No solo en Ibiza, sino también en otros lugares de España como Logroño, Valencia o el País Vasco.

Desde el instituto armado informan de que el sospechoso utiliza siempre la misma técnica: contacta con los interesados por Telegram o WhatsApp y luego solicita un adelanto de la primera mensualidad en concepto de fianza o como garantía para reservar el alquiler. Siempre mediante un canal que no deje registro.

«No sería raro que tuviera dos o tres números de teléfono distintos», añadieron desde la Guardia Civil después de que el matrimonio pusiera la denuncia en Can Sifre.

Por otro lado, la familia señala que el estafador se ganó «su confianza» para, en un momento dado, poder pedir el dinero sin que sospecharan nada raro.

«La oferta fue atrayente porque nos hizo lo que no había hecho nadie, que era básicamente permitirnos pagar la mayor parte del alquiler al llegar y no pedirnos 3.000 o 4.000 euros de entrada de golpe, como le estaban pidiendo por todos los alojamientos a mi hija», añade Vicente Romero. «Juegan con la baza de la desesperación de la gente», protesta después de haber pasado toda la mañana en el cuartel para que a «otra gente no tenga que pasar por lo mismo».

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