ENTREVISTA

Manuel Hernández, comisario de la Policía Nacional de Ibiza: «El turismo de alto ‘standing’ va asociado a delitos muy concretos»

El comisario de la Policía Nacional de Ibiza, Manuel Hernández, explica que, a lo largo de los años, la institución ha entendido la necesidad de ser menos «opaca y más transparente» de cara a la ciudadanía

Manuel Hernández, durante la entrevista.

Manuel Hernández, durante la entrevista. / Toni Escobar

Ángela Torres Riera

Ángela Torres Riera

El comisario del Cuerpo de Policía Nacional de Ibiza, Manuel Hernández, llegó hace varios años a la isla y desde entonces ha sido testigo de cómo ha ido evolucionado la delincuencia en ella y, sobre todo, la manera de combatirla.

Durante la entrevista, en su despacho de la comisaría, Hernández retrocede a sus inicios como policía en Ibiza y echa la vista aún más atrás con motivo del bicentenario del cuerpo policial, efeméride por la que han organizado una exposición en el Club Diario de Ibiza.

Manuel Hernández se estrenó como agente en 1980«este año hará 44 años que llevo el uniforme»— y llegó a la isla en febrero de 2016 como inspector jefe de la brigada de la Policía Judicial.

Llegó a la isla, explica, «directamente desde la Escuela Nacional de Policía en Ávila» y ha vivido aquí la pandemia, que asegura que ha marcado un antes y un después que hace difícil hacer ciertas comparaciones.

¿Cómo era ponerse el uniforme antaño y patrullar por un territorio que vivió, en muy poco tiempo, una transformación radical? El boom turístico, la presencia de la droga en la isla y los cambios sociales marcan la evolución de la Policía en Ibiza.

¿Cómo fueron sus primeros momentos en el cuerpo?

De muchísima emoción. Aprobar una oposición que en ese momento ya era complicada y convertirme, bastante joven, en inspector, suponía todo un reto. También una experiencia ante la vida y en una profesión que siempre ha estado en boca de todo el mundo, sobre todo ahora que se está popularizando mucho la novela policíaca.

¿De qué manera ha evolucionado la actuación contra la delincuencia en la isla desde que llegó?

Debido a la pandemia, se ha distorsionado un poco la percepción de cómo han evolucionado los delitos en la última década. Se habla de antes y después del covid porque no se pueden hacer comparativas. Pero desde 2022 se ha producido un incremento en la afluencia de personas en Ibiza, y sobre todo del turismo de alto standing, que va asociado a una tipología delictiva concreta. También ha aumentado la presión demográfica, algo que venía ocurriendo desde principios del siglo XXI y que en los últimos dos años se ha reactivado.

¿Qué cambios supone en el tipo de delitos transitar hacia un turismo más de lujo y no tanto de borrachera?

En la ciudad de Ibiza no hay focos concretos de turismo de excesos, así que no lo conocemos de primera mano. Por eso no me quiero arriesgar a hacer conjeturas sobre el tema.

Y en cuanto a los últimos dos siglos, ¿qué transformación ha experimentado el cuerpo?

Al principio, la mayoría de actuaciones policiales en la isla tenían que ver con cuestiones administrativas (expedición de pasaportes, cartas de seguridad, firma de padrones municipales...) y con el control de los juegos prohibidos: de azar, envite y en los que los participantes se jugaban propiedades en los locales de la ciudad. Estas funciones las ejercían trabajadores en los que se había delegado la competencia. Luego, en los años cuarenta, se empezó ya un trabajo más operativo para dar respuesta a asesinatos y homicidios, aunque también a delitos que se estaban cometiendo contra la propiedad. Aunque el cuerpo como tal no se llegó a crear en las Pitiuses hasta 1964.

La segunda mitad del siglo XX estuvo marcada, además, por un aumento en el consumo de drogas.

Sí, en los años setenta se empieza a hablar de la droga como problema de seguridad ciudadana. En ese momento, la Policía Nacional ya tenía competencia tanto en Ibiza como en Formentera y se hicieron muchísimas actuaciones. Por otra parte, ya casi en el siglo XXI, la evolución estuvo vinculada a la organización de actividades de concienciación y de vinculación con la sociedad desde la unidad de Participación Ciudadana.

¿Ha sido positiva la relación entre la Policía Nacional y la ciudadanía a lo largo de su historia?

La historia es algo particular de cada época. Fue en los años ochenta cuando nos dimos cuenta [en la Policía] de que somos mucho más eficaces si contamos con el apoyo y el respaldo de los ciudadanos y se produjo un cambio de tendencia. La valoración que hace la ciudadanía a día de hoy de los cuerpos de seguridad es muy positiva.

¿De qué modo influyó el boom turístico en la lucha contra la criminalidad en la isla?

En cierto momento se crea el servicio especializado de Atención al Turista Extranjero. En realidad, se pretendía atender a cualquiera que nos visitara, pero el nombre en sí ya refleja una apertura que es significativa. La posibilidad de que los universitarios pudieran venir a hacer prácticas también terminó de romper un poco con la idea de que la comisaría era un sitio opaco.

¿Lo era, una institución opaca?

Queremos que la Policía sea transparente y cercana. Esa evolución se ha ido percibiendo a lo largo de estos 200 años. La manera que tenemos de ver la policía, desde dentro y desde fuera, va cambiando porque las exigencias sociales nos obligan a adaptarnos continuamente a lo que se nos pide. La policía, en realidad, es solo un fiel reflejo de la sociedad para la que realiza el servicio.

Y si se habla de recursos, ¿cómo repercutió en Ibiza empezar a ser un destino turístico potencial?

En los ochenta hubo otro cambio significativo. En la temporada de verano se abrió una comisaría en Sant Antoni a la que se destinaban agentes que venían a reforzar la plantilla a propósito. La de Ibiza, por otro lado, se convirtió en una comisaría local muy potente al tener que atender una gran cantidad de exigencias a todos los niveles. También el control fronterizo, algo que obligaba a contar con bastantes agentes.

En ese sentido, ¿ha tenido el cuerpo de seguridad siempre los mismos problemas de falta de efectivos y de vivienda?

Yo creo que es un tema que se ha acentuado en los últimos 15 o 20 años, pero que, en realidad, viene desde siempre. La vivienda aquí siempre ha sido más cara que en la Península, pero ahora es un problema que se acentúa y no se puede ocultar. Se han intentado encontrar soluciones, como las viviendas en sa Penya para policías o las gestiones que se han hecho con la Federación Hotelera para conseguir que los hoteles nos faciliten habitaciones a precio reducido y puedan venir funcionarios de refuerzo, algo que agradecemos.

En la mesa redonda celebrada en el Club Diario con motivo del 200 aniversario, la periodista Cristina Amanda Tur afirmó: «La delincuencia y los crímenes explican y le toman el pulso a la sociedad. Cada sociedad tiene los crímenes que se merece». ¿Se merece Ibiza los crímenes que sufre?

Es una reflexión importante. Aunque yo creo que en la isla no hay prácticamente crímenes. En los años que llevo en el cargo ha habido algún homicidio o asesinato, y se han terminado resolviendo. Otra cosa son los fallecimientos por cuestiones relacionadas con el consumo de drogas. Cada año aumentan, pero no hay muchas situaciones en las que haya que realizar una investigación de tipo criminal. Los últimos que recuerdo son un asesinato en la Nochebuena de 2017 y la muerte de una mujer en el incendio en la vivienda okupada de Jacinto Aquenza, en Vila.

Sí se podrían destacar los crímenes en casos de violencia machista.

Sí, el último que tuvimos aquí en la isla me parece que fue antes de la pandemia, antes de que yo tomara posesión como comisario.

También ha habido, últimamente en Ibiza, detenciones de peces muy gordos relacionados con el narcotráfico internacional.

Efectivamente, la mayor cantidad de intervenciones llamativas del Cuerpo Nacional de Policía tienen que ver con la intervención de drogas. Ya en los sesenta se hablaba del kifi. Luego, en los ochenta y noventa, se empezó a hablar de éxtasis, heroína y hachís. Está claro que hay droga en la isla, como en todos lados, nos movemos en el mundo de la globalización. Pero aquí se han intervenido cantidades importantes, como el alijo de 250.000 pastillas de éxtasis en 2003, una de las mayores incautaciones de esta droga a nivel mundial.

¿Era Ibiza o es, actualmente, un destino inseguro?

La prueba de que es una isla segura es el evidente incremento del turismo. Solo hay que fijarse en los datos del puerto y el aeropuerto. Una de las cosas que hemos conseguido revertir es la disminución de presencia policial, que se había reducido en la década anterior por los recortes de personal en la Administración Pública durante la crisis de 2008. Además, durante el covid se paralizaron también las incorporaciones a la plantilla, que ahora se mantiene consolidada y se refuerza durante los meses de verano. Estos refuerzos son los que nos permiten mantener un nivel de seguridad aceptable en la isla.

¿Se especializa a los agentes en las tendencias delictivas y en los delitos nuevos que van apareciendo con el paso de los años?

Ahora, con la ciberdelincuencia, dentro de la UDEV (Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta) tenemos un grupo especializado para combatir los ciberdelitos, en muchos casos relacionados con estafas y fraudes informáticos. La intención es que los agentes se dediquen fundamentalmente a estos temas y que se formen en nuevas tendencias delictivas.

¿Cómo se imagina la isla, en términos de delincuencia, de aquí a 200 años?

Creo que en el futuro veremos una policía cada vez más implicada en los cambios sociales. También creo que habrá más cohesión entre agentes y ciudadanos. Ese tipo de policía es una herramienta de primer orden en el mantenimiento del sistema democrático. Me encanta el lema que tenemos ahora: ‘Comprometidos contigo’, porque el «contigo» es muy personal. Indica que somos de confianza y que estamos comprometidos, sobre todo con la dignidad de una sociedad heterogénea.

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