El estudio de movilidad advierte de las barreras arquitectónicas y las calles sin aceras de Sant Jordi

La falta de acera afecta a tramos de algunas calles que utilizan jóvenes escolares

Un coche pasa junto a una joven en la calle Campanetes.

Un coche pasa junto a una joven en la calle Campanetes. / D. I.

Eugenio Rodríguez Martos

Eugenio Rodríguez Martos

El estudio previo de movilidad de Sant Jordi advierte de las barreras arquitectónicas, aceras que no cumplen las dimensiones que marcan los criterios actuales de accesibilidad (un ancho mínimo de un metro y 80 centímetros) y calles que no tienen ni aceras. En este sentido, el estudio determina la necesidad de eliminar los obstáculos que impiden la circulación de los peatones y dotar a las calles de las aceras que corresponden para dar continuidad a los itinerarios peatonales.

El estudio de movilidad advierte de las barreras arquitectónicas y las calles sin aceras de Sant Jordi

El estudio de movilidad advierte de las barreras arquitectónicas y las calles sin aceras de Sant Jordi / eugenio rodríguez. eivissa

Hay que tener en cuenta que el Ayuntamiento ha contratado por 17.000 euros a una agencia de publicidad catalana (Margot Creative Builders SL) para una campaña de «información y concienciación», tanto de los peatones como de los conductores, de «las mejoras que supone hacer Sant Jordi para los peatones».

El diagnóstico del estudio de movilidad, que justifica la retirada del carril para bicicletas que conecta el centro del núcleo urbano hasta la zona escolar y deportiva de Can Guerxo, evidencia que hay mucho trabajo por hacer para que esta localidad sea cómoda y segura para los peatones.

El riesgo de los tramos sin acera

Los tramos en los que no hay ni siquiera acera se corresponden con caminos residenciales de ancho muy reducido o que limitan con parcelas de suelo rústico. Por ejemplo, la calle de la Mèrlera, que, desde que se delimitó el carril bici, se ha convertido en «la vía principal que conecta la zona este con Can Guerxo» con mucho tráfico, y que no dispone de acera en algunos tramos por la falta de espacio.

Un hombre en silla de ruedas por la calzada en la calle de la Mèrlera.

Un hombre en silla de ruedas por la calzada en la calle de la Mèrlera. / J. C.

Los peatones se ven obligados a caminar por la calzada, lo que supone un riesgo. Pese a ello, el estudio de movilidad señala que las calles sin acera «se encuentran fuera de los itinerarios peatonales principales que conectan los principales focos de atracción».

Los peatones tampoco cuentan con acera en el lado oeste de algunos tramos de la calle Sindicalista Margalida Llogat pese a que es una de las principales vías de este núcleo urbano. Lo mismo ocurre, en el lado este, en una parte de la calle de les Campanetes, desde la rotonda de Ca na Palleva, por la que transitan jóvenes procedentes o en dirección al Instituto Algarb. En la imagen de abajo se puede comprobar cómo una joven camina por la calzada y un coche pasa justo al lado.

En cuanto a las barreras arquitectónicas, que, en algún caso, bloquean directamente el paso de las personas con movilidad reducida, el estudio de movilidad apunta que «una cantidad significativa» de las mismas se deben a los postes del tendido aéreo eléctrico y telefónico. Por ello, el estudio recomienda su soterramiento.

También hay viales sin pavimentar, como el situado junto al campo de fútbol, paralelo al torrente des Mort, pese a que tiene «una densidad de tráfico considerable». De todos modos, al ser coincidente con el torrente, esta vía no se puede asfaltar. El equipo de gobierno, del PP, ha anunciado su intención de trasladar el campo de fútbol a otro terreno porque el torrente impide su ampliación. También hay calles en mal estado, con numerosos baches, como la de la Mèrlera, pese a su elevado tráfico.

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