Ports quiere recuperar el tráfico de ferris en Sant Antoni y adecuará la estación

La conselleria del Mar ha mantenido contactos con el Consistorio para abordar la reapertura del puerto

La estación marítima de Sant Antoni. | J.A. RIERA

La estación marítima de Sant Antoni. | J.A. RIERA / isaac vaquer. sant antoni

Isaac Vaquer

Isaac Vaquer

En mayo de 2021 se reabrió al tráfico comercial el puerto de Sant Antoni. Eso sí, con condiciones. Con una limitación de eslora que se fijó en 65 metros y la prohibición del tráfico de mercancías que ha bloqueado hasta ahora la llegada de pasajeros y vehículos en ferri a la bahía de Portmany. Ninguna naviera ha mostrado su interés de operar en el puerto desde entonces. Algo que Ports IB quiere que cambie. Desde la conselleria del Mar y Ciclo del Agua han confirmado que «está en el ánimo de Ports IB» recuperar la actividad comercial y «ya se ha entrado en conversaciones con el alcalde» con esta idea.

La entidad autonómica que gestiona los puertos de Balears sacó a licitación esta semana el proyecto para sustituir el falso techo y adecuar las instalaciones de la estación marítima de Sant Antoni. Desde la conselleria indicaron que estos trabajos se han previsto «para ponerla en condiciones». La estación lleva cerrada desde que se suspendió el tráfico comercial en febrero de 2019, con lo que se cumplen cinco años.

Los límites al tráfico comercial del puerto de Sant Antoni se fijaron a raíz del acuerdo del pleno del año 2020 por el que se aprobó solicitar la prohibición de la llegada de ferris. El PP y Ciudadanos votaron en contra de la propuesta, pero se quedaron en minoría frente a Proposta per Ibiza, que formaba parte del equipo de gobierno, PSOE-Reinicia y Unidas Podemos. Actualmente, el PP tiene mayoría absoluta en el pleno de Sant Antoni.

Adecuación de la estación

Las obras para cambiar el falso techo y adecuar las dependencias de la Estación Marítima de Sant Antoni tienen un coste estimado de 177.500 euros y se deben ejecutar en un plazo de tres meses desde su adjudicación. El proyecto fue redactado en noviembre del año pasado.

Ports IB justifica los trabajos por «la necesidad de mejorar la infraestructura actual de la Estación Marítima de Sant Antoni de Portmany». El trabajo principal es la sustitución del falso techo interior del edificio, «el cual se encuentra en muy mal estado de conservación, formando una estructura inestable, lo que puede suponer un riesgo para las personas».

Además, está proyectada la sustitución parcial del revestimiento de la fachada actual, específicamente en la zona exterior de las oficinas de venta de tiques, que presenta un importante deterioro.

Desperfectos en la zona de entrada de la fachada. | I.V.

Desperfectos en la zona de entrada de la fachada. | I.V. / isaac vaquer. sant antoni

Ni el proyecto ni la conselleria vinculan la reforma a una próxima reapertura del puerto, si bien es cierto que los pliegos de la remodelación indican que las deficiencias interiores fueron detectadas en 2020 (meses después del cierre de la estación) y desde entonces no se había llevado a cabo ningún trabajo.

La subsanación de los problemas del falso techo se lleva a cabo por tratarse de un «riesgo hacia los usuarios de la estación marítima», inexistentes desde hace cinco años.

Sorprende que, además de no mencionarse el hecho de que actualmente la estación está cerrada,el proyecto indique que «la mayor actividad de la estación se desarrolla durante los meses de verano», como si todavía hubiese afluencia de pasajeros.

Disposición del Ayuntamiento

El alcalde de Sant Antoni, Marcos Serra, ha declarado recientemente que está «en conversaciones con el conseller (del Mar y Ciclo del Agua) para analizar los beneficios que puede obtener Sant Antoni si se reabriera el puerto».

Serra manifestó en una reciente entrevista en la Televisió d’Ibiza y Formentera que están «buscando mejoras» en materia medioambiental, tanto por el ruido como por las olas. En este sentido, planteó la posibilidad de que los ferris que llegasen a Sant Antoni fueran «de turbina y no de hélice, que remueve mucho el fondo marino».

Señaló que una de las quejas que plantearon los ciudadanos en su momento eran precisamente las olas que provocaba la velocidad a la que entraban los ferris en el puerto, «que se llevaban bolsos y móviles y suponían un peligro para la gente que estaba en las rocas».

Se analizó a la posibilidad de que volviera a permitirse el tráfico de mercancías «no en tráilers sino en camiones pequeños» y la regulación de los horarios «para que no coincida la llegada con horas puntas como la puesta de sol». «Se están valorando pros y contras para una posible reapertura», concluyó.

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