Un hombre de Ibiza que abusó de su sobrina nieta eludirá la cárcel con alejamiento y un curso

El condenado llegó a un acuerdo con el fiscal que rebajó la condena a dos años e incluye una prohibición de acercarse a menos de 200 metros de la niña, pero no la cumple porque vive a tan sólo 100 metros, según la madre

Un hombre, de 78 años y residente en Ibiza, que abusó sexualmente en dos ocasiones de su sobrina nieta en Cáceres, cuando la niña tenía tan solo 10 y 13 años, eludirá los dos años de prisión a los que le condena la Justicia por dos delitos distintos de agresión sexual (por cada uno se le pide un año).

La Audiencia Provincial de Cáceres ha dictado sentencia para el acusado, que no ingresará en la cárcel si durante el periodo de cinco años de libertad vigilada impuesto por el juez cumple con la prohibición de no comunicarse con la víctima y de no acercarse a su domicilio o cualquier otro lugar frecuentado por ella a menos de 200 metros de distancia y con la obligación de participar en un programa de educación sexual.

Los abusos se cometieron durante las visitas que realizaba el familiar desde Ibiza a la localidad de Extremadura en la que vive parte de la familia y mientras la niña residía en casa de sus abuelos maternos, donde la madre había decidido que era necesario que se trasladara desde la isla (donde también viven) tras el fallecimiento del padre y debido a que su horario laboral le impedía hacerse cargo de la menor, sobre todo en verano.

«Pensé que lo mejor era que la cuidaran mis padres», narró la madre de la víctima a este diario. Luego, en invierno, ella se desplazaba durante varios meses a Cáceres.

Abusos en un domicilio familiar

Los primeros abusos por parte del condenado tuvieron lugar en 2019, cuando el hermano de la abuela materna de la menor se encontraba con la niña, de entonces diez años, en el salón de la vivienda de una tía suya y empezó a abrazarla y a realizarle tocamientos por encima de la ropa en la zona púbica, así como en los pechos y el culo, con el fin de satisfacer su deseo sexual, según el escrito de acusación de la Fiscalía Provincial de Cáceres.

Tres años más tarde, en abril de 2022, durante otra de las visitas del hombre a la localidad extremeña con motivo del fallecimiento de un familiar, los hechos se volvieron a repetir.

En esta ocasión en presencia de la abuela materna de la menor. Los tres miembros de la familia se encontraban en un domicilio cuando el tío abuelo de la víctima le tocó el culo por encima de la ropa sin que su hermana «se percatara de ello», apunta el documento fiscal. Cuando la abuela de la niña se marchó de la casa, el condenado «siguió tocandole el culo por encima de la ropa».

La madre de la menor, asegura que su propia madre «no las cree», ni a ella ni a su hija. «Si contara todo lo que ha sufrido mi hija, nadie se lo creería», proseguía la mujer, que se enteró de que el colegio en el que estaba interna la niña desde 2017 había denunciado los abusos en el juzgado de Plasencia tras recibir una llamada por parte de Menores por temas de custodia al no haberse pronunciado respecto al caso.

«Notaba que a mi hija le pasaba algo raro, pero nadie me avisó de la denuncia», expresó la madre a Diario de Ibiza. «Quien menos te lo esperas mira las cosas que te hace, todo esto me está superando», apuntó con dolor.

Durante el juicio, celebrado el pasado 28 de noviembre en la Audiencia Provincial de Cáceres, el fiscal, en representación de la víctima, llegó a un acuerdo con el abogado del acusado, que admitió los cargos y, por tanto, se benefició de una reducción de pena, que se quedó en dos años de prisión como autor de dos delitos de agresión sexual a una menor de 16 años, con la concurrencia de la atenuante de reparación del daño, y la pena accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena.

La madre, que no presentó acusación particular dado que el colegio había actuado ya de oficio, lamentó antes del juicio que el encausado «no iría a prisión», algo que el hombre podrá evitar si durante la libertad vigilada no vuelve a delinquir y cumple con las prohibiciones y deberes del juez.

El condenado, además, quedará inhabilitado durante siete años para cualquier profesión que requiera el contacto con menores y deberá pagar una indemnización «inmediata» de 3.000 euros en concepto de responsabilidad civil y costas. La condena incluye también la prohibición de comunicarse con la niña en seis años y una orden de alejamiento de 200 metros, difícil de cumplir, ya que ambos viven en el mismo barrio de un municipio de la isla de Ibiza y apenas hay «cien metros de distancia» entre las casas.

«Cada día coincidimos porque vive justo al lado. El otro día mi hija se lo encontró de lleno dos veces el mismo día», lamentó la madre. «Tuvo un ataque de ansiedad y necesita atención psiquiátrica porque ya no quiere ni salir de casa, tampoco quiere ir al colegio», añadió la mujer, que también vive un «infierno» desde que ocurrieron los abusos.

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