Sant Josep se rinde a la sobrasada

La nueva feria reivindica el protagonismo del embutido en la gastronomía local y ofrece una clase práctica de su elaboración

El evento nace para acompañar el festival Sobrassada Rock, una de las citas habituales del programa navideño de la localidad

Sant Josep ha marcado este sábado una nueva cita en el calendario gastronómico ibicenco para promocionar el embutido más emblemático de la isla y que, hasta ahora, se había quedado sin protagonismo con un evento específico. De hecho, la Fira de la Sobrassada no se va a limitar a una sola jornada y apuesta por una celebración doble, ya que el próximo sábado se repetirá la fiesta en Sant Jordi.

La puesta en marcha de esta iniciativa se ha apoyado en una de las fiestas habituales del programa navideño de Sant Josep, el Sobrassada Rock. Aprovechando que este festival está más que consolidado después de quince ediciones, el concejal de Promoción Empresarial y Sector Primario, Esteban Marí, apostó por crear una feria gastronómica que sirviera para dar comienzo a una jornada monográfica.

Por otra parte, diciembre es el mes por antonomasia de la sobrasada, en el que se celebra la mayoría de matanzas del cerdo caseras para su elaboración. Dado su tradicional carácter festivo, siempre se lleva a cabo con la compañía de un buen grupo de familiares y amigos.

Sant Josep se rinde a la sobrasada

Esidro Ramis, durante el taller de elaboración de sobrasada. / V.Marí

En el caso de Sant Josep, también se prepara la sobrasada al momento, aunque en forma de taller. Así, las personas que aún desconocen esta tradición pueden contemplar en vivo todo el proceso de elaboración. Además, toda aquella gente que en su familia se haya perdido esta costumbre, «puede revivir estos momentos que de pequeño vivían en casa de sus abuelos», destaca Marí.

Para consumir la sobrasada cruda hay que esperar a que madure una o dos semanas

El responsable de esta sesión práctica es el ganadero josepí Esidro Ramis, uno de los fundadores de la Cooperativa Ramadera Eivissenca, que cuenta con el punto de venta directo Carn & Coop en el Mercat Nou. El matancer emplea 20 kilos de carne de cerdo blanco, siempre desechando las vísceras y las partes con sangre. Estas últimas son las que se destinan para los botifarrons.

Ramis se encarga de picar la carne, que luego salará y mezclará con pimienta y pimentón, para luego embutirla. A partir de este momento, la sobrasada ya puede saborearse asada. En cambio, para saborearla cruda, habrá que esperarse a que madure una o dos semanas.

Pero, en esta feria, una parte de la sobrasada se aprovecha incluso antes de embutirse. Al darse cuenta de que Ramis estaba en plena elaboración al otro lado de la feria, la chef Marga Orell ha acudido presta para llevarse una pequeña parte de la pasta de carne ya especiada.

El ‘showcooking’

Orell es la otra protagonista de la jornada con su exhibición culinaria, que atrae a varios curiosos alrededor de su mesa. Además del regalo que se acaba de llevar de Ramis, también cuenta con sobrasadas de Es Cucó, Can Ros y de Carn & Coop, las tres marcas ibicencas que emplean cerdo criado y sacrificado en la isla para sus productos.

Con una combinación de todas ellas, Orell prepara unos originales «chupa chups». Para ello, está dando forma a unas bolas con la masa de sobrasada que rellena de queso de cabra Ses Cabretes y un poco de miel. Después las reboza con una mezcla de Corn Flakes triturados (sí, los clásicos cereales del desayuno) y pan rallado y las hornea unos minutos. De esta manera, les aporta un toque crujiente sin necesidad de freírlas.

El ‘showcooking’ sorprende al público con recetas antiguas de cocas dulces que se remataban con trozos de sobrasada

Para el resto del showcooking, Orell sorprende a los presentes con elaboraciones dulces que contrastan con el embutido, como un bizcocho de patata con albaricoques y sobrasada. Además, también cocina una receta que recuperó en 1967 el folclorista Joan Castelló Guasch con ‘Bon Profit’: una coca, «con una base como la de pimientos pero con azúcar y semillas de anís», que luego cubre con trozos de sobrasada y un poco de canela espolvoreada.

Pero si hay algún dulce por antonomasia de las matanzas, sin duda son los buñuelos. No podían faltar en esta feria y también se preparan al momento en la caseta del colegio Urgell, donde los alumnos de sexto los ponen a la venta, además de sobrasadas de Carn & Coop. La recaudación de esta jornada les ayudará a financiarse el viaje de fin de curso, con el que visitarán Barcelona y el Pirineo catalán y disfrutarán de las atracciones de Port Aventura.

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