Ibiza está a la cola de Balears en la producción de energías renovables

Ibiza está la cola de Balears en la mayoría de indicadores de sostenibilidad y, especialmente, en la generación de energías renovables, hasta el punto de que, al ritmo actual, parece prácticamente imposible cumplir con el objetivo de alcanzar el 35% de la producción total para el año 2030. Así se desprende del Informe de Sosteniblidad 2022 de la fundación IbizaPreservation presentado este martes, que concluye que la isla ha retomado el crecimiento y explotación de recursos previo al covid.

Cabe tener en cuenta que este trabajo es una recopilación de los datos o balances relacionados con el medio ambiente y la sostenibilidad ya publicados por organismos públicos o entidades privadas, todos ellos correspondientes al año 2022. No obstante, su publicación anual (ya va por la quinta edición) sirve como baremo comparativo y para «generar un conocimiento imprescindible para determinar qué hay que mejorar», ha subrayado la directora de la fundación, Inma Saranova.

La coordinadora técnica del Observatorio, Itziar Arratibel, desgranó los principales capítulos de este informe, que toma como referencia los objetivos de sostenibilidad de la Agenda 2030. Entre el enorme trabajo que queda por hacer, Arratibel puso especial énfasis en el desarrollo de las energías renovables.

Parques fotovoltaicos

Así, en 2022, Ibiza se mantuvo de nuevo a la cola de Balears en la generación de energía limpia, con tan solo un 0,36% del total que se produce en la isla, muy lejos del 16,5% que ya alcanzó Formentera, el 5,4% de Mallorca o el 2,3% de Menorca. Aunque no queda reflejado en el informe (son datos del año pasado), la producción de energía solar en Ibiza se ha multiplicado en 2023 gracias al parque fotovoltaico de Bosc d’en Lleó, en Sant Rafel, y al de Can Mariano Lluquí, en Sant Miquel, que se pusieron en marcha a finales del año pasado.

El 60,7% de toda la electricidad que consume en Ibiza procede del cable eléctrico que conecta con Mallorca

De esta manera, en el primer cuatrimestre 2013 (los meses de menor demanda) se ha llegado a alcanzar hasta un 4% de energías limpias del total generado en Ibiza, según los datos del Govern. Esto significa un 10% más que en el mismo periodo que el año 2021. Pero esta cifra también cabe matizarla si se tiene en cuenta la huella de carbono que provoca la isla, ya que el 60,7% de toda la electricidad que consume procede del cable eléctrico que conecta con Mallorca y que, a su vez, está interconectado con la Península.

Es decir, la mayor parte del gasto energético de Ibiza se alimenta con fuentes de la Península. «De momento, no tenemos la capacidad para determinar qué parte de la electricidad que llega de fuera es renovable», ha explicado Arratibel.

Así, algo más del 39% del consumo energético procedió de la central de térmica de Gesa-Endesa, que significó la emisión de 222 mil toneladas de dióxido de carbono. Teniendo en cuenta la electricidad producida fuera para consumo local, la huella energética de Ibiza alcanzó cerca 430.000 toneladas de Co2, un 14,1% más respecto a 2021.

Presión humana

El análisis demográfico de 2022 revela una desproporción de crecimiento entre Ibiza y la media balear. Así, el censo local superó las 152.000 personas, una cifra que implica un aumento del 12,3% de la población en los últimos 12 años. En cambio, el porcentaje en este periodo de tiempo se reduce a un 5,1% en el cómputo balear.

La recogida selectiva representó el 31,94% del total de los residuos generados, muy lejos del objetivo del 50%

Igualmente, el año pasado también volvió a crecer el número de turistas respecto a los años previos a la pandemia, con un total de 3,065 millones de visitantes, un 1,2% por encima de los registros de 2019. «En la mayoría de indicadores, las tendencias registradas tienen una relación directa con el impacto del modelo turístico, rebasando los datos del 2019 en aspectos clave como el consumo de recursos hídricos utilizados, la energía demandada, o los residuos generados», ha concluido Arratibel.

Así, la recogida selectiva representó el 31,94% del total de los residuos generados, muy lejos del objetivo del 50%. El material de rechazo aumentó un 9,5% respecto a 2021. Aún así, se sitúa por debajo de las cifras previas al covid.

La lectura es menos pesimista en la calidad de las aguas de las diez depuradoras de la isla, ya que tres plantas que presentaron problemas de contaminación en 2021 ya no dieron datos negativos el año pasado. En cambio, la depuradora de Vila sigue superando los límites legales de material orgánico en un 48,9% del caudal que vierte al mar.

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