La DGT sigue sin responder a la petición del radar en Can Guillemó seis meses después

Tanto el Consell como la asociación de Vecinos de Can Bonet realizaron una solicitud formal a la Dirección General de Tráfico para que implementara medidas de seguridad en este punto negro de la red viaria, tras registrar este año tres atropellos

El paso de cebra de Can Guillemó, un punto negro en la autovía de Ibiza-Sant Antoni

El paso de cebra de Can Guillemó, un punto negro en la autovía de Ibiza-Sant Antoni / Vicent Marí

Ni el Consell de Ibiza ni la asociación de vecinos de Can Bonet han recibido respuesta por parte de la Dirección General de Tráfico (DGT) a la petición formal que hicieron para la intalación de un radar en el tramo de la autovía situado a la altura del barrio de Can Bonet.

En el caso de la institución insultar, la solicitud ante la DGT se reiteró el pasado mes de mayo, indicaron ayer desde su gabinete de prensa, después de que dos meses antes, en enero, un menor de 16 años fuera arrollado por un vehículo.

El suceso puso de nuevo en evidencia la peligrosidad de este tramo de la red viaria, sobre todo para los peatones, puesto que los coches circulan a gran velocidad a pesar de las limitación que marcan las señales. Sin embargo, desde la institución llevan pidiendo que se instale un radar desde el año 2019.

Junto con la petición de este radar para este tramo de la vía sutituado junto a Can Bonet, el Consell también solicitó, el pasado mes de mayo, otro de estos dispositivos para controlar la velocidad de los vehíclos en otros tres puntos negros de las carreteras de la isla: en la de ses Salines, a la altura del núcleo de Sant Francesc de s’Estany; en la carretera de Santa Gertrudis, a la altura del Colegio Morna, y en la carretera de Forada, a la altura del cruce conocido como ‘Can Tixedó’. Todavía no ha obtenido respuesta.

Más de mil firmas de los vecinos

La Dirección General de Tráfico tampoco ha contestado a la solicitud presentada por la asociación de vecinos de Can Bonet, el pasado mes de agosto, en el mismo sentido, según confirmaron ayer desde su junta directiva.

En este caso, los vecinos del barrio llevaron a cabo una recogida de firmas, que apoyaron más de mil personas que habitan o trabajan en la zona, después del atropello del menor en enero. No obstante, presentaron la petición después de que se produjera otro atropello, en este caso mortal, de un joven de 34 años la mañana del 31 de agosto en este mismo tramo.

Tan solo dos semanas antes, un centenar de vecinos de Can Bonet y de Can Tomàs emprendían una marcha de protesta por el arcén que conduce hasta otro punto negro de la autovía en una zona cercana: el paso de peatones situado entre ambos barrios en una peligrosa curva y donde el pasado 31 de julio un hombre de 81 años también fue arrollado.

La asociación criticó que el Consell instalara señales luminosas pero en el carril de la autovía que va en dirección Ibiza-Sant Antoni, y no en el contrario, donde está el «auténtico peligro». La institución redujo además la velocidad máxima a 50 kilómetros por hora en este tramo y adjudicó el pasado 1 de octubre, con un contrato menor por importe de 12.039 euros, la redacción del proyecto de mejora de la seguridad en la EI-600 a su paso por estos dos barrios de Sant Antoni.

Suscríbete para seguir leyendo